Afganistán, el país más pobre, más peligroso y con la peor crisis humanitaria

En Afganistán, unos 3,5 millones de personas han quedado desplazadas por el conflicto y una gran parte de los menores en edad escolar no están recibiendo la educación que merecen.

Y no solo eso, sino que la mitad de la población afgana sufre de hambre agudo, además de que el sistema sanitario está a punto de colapsar, los derechos fundamentales de mujeres y niñas han sido duramente golpeados, y la crisis climática y la económica se ceban con el país.

La sociedad afgana es una de las poblaciones refugiadas de mayor tamaño en el mundo y más del 90 % está acogido en Irán y Pakistán. El país pasa su peor momento y no tiene vistas de que su situación vaya a mejorar.

Afganistán, un país roto

Sabemos que Asia es el continente más grande del planeta, cuenta con más de 3.000 y medio millones de habitantes, y en su interior, reúne a una gran parte de los afectados por la pobreza extrema.

De todos lo que conforman el continente, Afganistán es el que se lleva la palma de oro respecto a la pobreza, según el Fondo Monetario Internacional.

El PIB de Afganistán per capita se sitúa en 577,21 dólares. Este país depende principalmente, de la agricultura, pues más del, 60 % de sus ciudadanos trabajan en el cultivo de cereales.

Es por ello que no solo los conflictos internos afectan, pues la crisis climática ha dejado ver como las sequías, y los desastres naturales extremos han dejado sin esperanzas a mucha de su población.

Su economía podría verse mejorada por sus reservas de gas, pero las guerras constantes que vive Afganistán imposibilitan buscar otra vía de subsistir.

Es un país que lleva décadas en conflicto, cuenta con un elevado nivel de pobreza, y en agosto de 2021, otra gran crisis le asola: la toma del poder por parte de los talibanes.

A penas a tres meses de cumplir un año de la presencia del régimen talibán, el declive económico del país ha ido aún más rápido, aumentando la inseguridad alimentaria y generalizando la pobreza.

Así, Afganistán ya ocupaba el primer puesto de países más peligrosos del mundo, pero la llegada de los talibanes, con sus acciones y decisiones han dejado los derechos humanos del pueblo afgano por los suelos, en especial los de las mujeres y las niñas.

Este grupo tampoco es capaz, ni están dispuestos, a combatir con los grupos terroristas

Las terribles restricciones impuestas por el régimen talibán y la represión ilegítima de los derechos de las mujeres y las niñas, tienen que investigarse como posibles crímenes de derecho internacional.

Así lo manifiestan organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional y la Comisión Internacional de Juristas en su informe reciente, en el que incluyen este crimen lesa humanidad de persecución fundada con motivos de género.

“La campaña de persecución por motivos de género por parte de los talibanes es de tal magnitud, gravedad y carácter sistemático que, acumulativamente, los actos y políticas forman un sistema de represión que aspira a subyugar y marginar a las mujeres y las niñas en todo el país. Nuestro informe indica que estos hechos cumplen los cinco criterios necesarios para ser considerados un crimen de lesa humanidad de persecución fundada en motivos de género”, ha declarado Santiago A. Cantón, secretario general de la Comisión Internacional de Juristas.

“Desde que asumieron el poder, los talibanes han impuesto restricciones a los derechos de las mujeres y las niñas de Afganistán. No cabe duda alguna de que se trata de una guerra contra las mujeres: las privan de vida pública; les impiden el acceso a la educación; les prohíben trabajar; las inhabilitan para circular libremente; las encarcelan, torturan y someten a desaparición forzada, incluso por mostrarse contrarias a estas políticas y resistirse a la represión. Se trata de crímenes internacionales. Son organizados, generalizados y sistemáticos”, ha declarado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.