Lectura fácil
El pan es un alimento básico en la dieta de España y de muchas otras culturas, hecho de una mezcla de harina y agua que puede incluir diversos cereales. Este alimento ha estado presente en la gastronomía mundial desde hace miles de años, con vestigios de su elaboración que datan de hace 14.000 años, en la región del actual Oriente Medio.
El pan, el alimento más antiguo y fundamental del mundo
El pan es uno de los alimentos más antiguos y fundamentales en la alimentación de muchas culturas alrededor del mundo. Su preparación básica consiste en una mezcla de harina y agua, aunque también se pueden emplear diversos tipos de cereales, como el trigo, el centeno o la cebada, lo que le da distintas texturas y sabores según la región.
Los orígenes de este alimento se remontan a hace aproximadamente 14.000 años en el Medio Oriente, donde se han hallado restos arqueológicos de pan sin levadura.
Con el tiempo, las técnicas de panificación evolucionaron, y el pan fermentado comenzó a expandirse gracias a los antiguos egipcios, quienes descubrieron el proceso de fermentación que otorga al pan su característico esponjado y sabor.
En otros tiempos…
En la antigua Roma, el pan ya era un alimento básico y ocupaba un lugar esencial en la dieta diaria. Con la expansión del Imperio Romano, el consumo de pan se extendió a gran parte de Europa.
Durante la Edad Media, el pan se consolidó como la base de la dieta europea debido a la facilidad para cultivar cereales en comparación con otros alimentos, que eran más escasos y costosos.
Este alimento era entonces considerado un símbolo de sustento y una necesidad para la población, especialmente para las clases más humildes.
Tipos de panes, beneficios y consumo
Aunque el pan aporta principalmente calorías en forma de carbohidratos, no destaca por su contenido en nutrientes esenciales, especialmente en el caso del pan blanco, elaborado con harina refinada.
Este tipo de pan tiene un menor aporte de vitaminas, minerales y fibra en comparación con el pan integral, que conserva el salvado y el germen del grano.
Por esta razón, aunque el pan sigue siendo un alimento clave en muchas dietas, se recomienda consumirlo en cantidades moderadas y, preferiblemente, optar por variedades integrales que aporten mayores beneficios nutricionales.
El investigador Miguel Herrero, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL) del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, ha aclarado que la corteza del pan contiene más calorías que la miga.
Esto se debe a que, al tener menos agua, los nutrientes de la harina, principalmente carbohidratos, están más concentrados en la corteza.
En cuanto al consumo de antioxidantes, Herrero señala que no existe suficiente evidencia científica que demuestre su eficacia preventiva contra enfermedades, y cuestiona el elevado costo de los productos etiquetados como “antioxidantes”, ya que estos compuestos están presentes de forma natural en muchos alimentos.
Respecto a la conservación del pan, recomienda no guardarlo en bolsas de plástico, ya que esto dificulta la circulación del aire y favorece el crecimiento de moho. Lo ideal es conservarlo en bolsas de tela, paneras o papel, fuera de la nevera, y cortar solo la cantidad que se vaya a consumir para evitar que se endurezca. Otra opción es congelarlo, ya que así se mantiene en buen estado por meses.
Añadir nuevo comentario