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Desde el pasado viernes, el pan se ha convertido en un alimento más soso. La nueva norma establece un límite máximo de contenido en sal de 1,31 gramos por 100 gramos de pan con el objetivo de disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
La ingesta de sal en el pan debe oscilar entre 2 y 5 gramos al día
El pan es uno de los alimentos básicos en cualquier tipo de dieta. Sin embargo, el consumo excesivo de este alimento puede acarrear consecuencias negativas para nuestra salud, ya no solo por la ingesta de harina blanca, por ejemplo, sino de la cantidad de sal y otros aditivos alimenticios que lo componen. De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda una ingesta de sal entre 2 y 5 gramos al día, algo que no se cumple, ya que en España se consume de media 9 gramos, un hecho que causa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, no todo son buenas noticias, al menos para las personas más concienciadas con la alimentación. Desde el pasado viernes se introdujo una nueva norma de calidad que establece menos sal al pan. En concreto, se establece un límite máximo de contenido de 1,31 gramos por 100 gramos de pan si se analiza mediante determinación de cloruros o de 1,66 gramos si se analiza mediante determinación de sodio total.
La endocrina en el Hospital Gregorio Marañón, Olga González, ha explicado a TVE que “por encima de 6, consideramos que ya puede tener efectos nocivos sobre el incremento de presión arterial. Hay que recordar que la hipertensión arterial es el factor de riesgo más importante para eventos cardiovasculares”.
¿Qué requisitos debe haber para los panes integrales?
Además del pan común, la norma contempla unos requisitos más estrictos para considerar a los panes integrales, a los que se les exige que el cien por cien de la harina empleada sea integral. Para aquellos panes integrales o de otros cereales que no se elaboren de forma exclusiva con ese tipo de harina, se tendrá que indicar el porcentaje de harina en el etiquetado.
Otra novedad en cuanto a la nueva norma es concretar la definición de masa madre, que se preserva a un tipo de elaboración que limita el uso de levaduras industriales y se establecen los requisitos para utilizar la denominación “elaborado con masa madre”.
Según explicó el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en un comunicado, esta nueva norma se aprobó en abril de 2019 y entró en vigor el 1 de julio de 2019. Sin embargo, esta se propuso el pasado viernes con la finalidad de que poco a poco los fabricantes pudieran adaptar sus procesos de producción y evitar así una afección al consumo de pan.
Una elaboración artesana donde prime el factor humano
Una vez establecidas las características en cuanto a los ingredientes de este producto, la elaboración artesana también ocupa una parte fundamental. En esta elaboración debe primar el factor humano frente al mecánico, así como los requisitos que se deben cumplir para poder incluir esta mención en el etiquetado de todos los productos. En el caso de tratarse de panes elaborados con otros cereales, también se incluyen requisitos más estrictos.
Gracias a esta nueva norma y a las distintas estrategias de venta se pretende garantizar un alto nivel de calidad de los productos, así como una mejora de la información que reciben los consumidores. Con esta nueva actualización se podrá disfrutar de un producto tan necesario como el pan sin tener ninguna preocupación acerca de su composición y estrategia de venta.
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