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La amiloidosis es una enfermedad poco frecuente, por lo que ha pasado a considerarse como rara. Esta enfermedad surge con la acumulación de amiloidosis, lo que puede poner en riesgo varios órganos como el corazón, el hígado o los riñones.
Dentro de la enfermedad pueden existir varios tipos, y muchos de ellos pueden poner en riesgo la vida de la personas que lo sufre.
Qué es la amiloidosis y cuáles son sus principales síntomas
Siguiendo con el mes de las enfermedades raras, hoy hablaremos de la amiloidosis, una enfermedad poco frecuente que se produce con la acumulación de amiloide. Cuando esto ocurre, es probable que muchos órganos de nuestro cuerpo se vean gravemente afectados, llegando incluso a provocar la muerte.
Normalmente suelen verse afectados algunos órganos en concreto, entre ellos los riñones, el hígado, el bazo, el corazón, el sistema nervioso o el tracto digestivo.
Según informan los expertos de Mayo Clinic, algunos tipos de amiloidosis pueden producirse con otras enfermedades y, en función del tipo que sea, el tratamiento será distinto.
Entre los tratamientos destaca la quimioterapia con medicamentos fuertes, es decir, el tratamiento para reducir el cáncer. También existe la posibilidad de recurrir a otros tipos de medicamentos para reducir la producción de amiloide y controlar los síntomas.
Los signos y síntomas más comunes de la amiloidosis pueden comprender:
- Fatiga y debilidad intensas.
- Falta de aire.
- Entumecimiento, hormigueo o dolor en las manos o los pies.
- Hinchazón de los tobillos y las piernas.
- Diarrea con sangre o estreñimiento.
- Lengua agrandada y, en algunas ocasiones, con ondulaciones en los bordes.
- Cambios en la piel, engrosamiento o moretones.
A la hora de conocer los factores de riesgo, sufrir esta enfermedad se centra sobre todo en casos de personas mayores, en hombres, en personas con enfermedades, en los antecedentes familiares, en si presentan diálisis renal y, en muchas ocasiones, las personas con ascendencia africana tienen más riesgo de padecerla.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico temprano puede ser útil para prevenir mayores daños en los órganos. Para ello, es importante realizar un diagnóstico preciso, ya que el tratamiento será distinto. Existen distintas formas de diagnóstico:
- Análisis de laboratorio. Se analizan con la sangre y la orina para saber si existen proteínas anormales que se relacionen con la enfermedad.
- Biopsia. Se puede examinar una muestra de tejido.
- Pruebas por imágenes. Aquí se incluye el ecocardiograma, las imágenes por resonancia magnética o las pruebas por imágenes nucleares.
Por último, y como ocurre con la mayoría de las enfermedades raras, la amiloidosis no tiene cura. Aun así, existe un tratamiento que ayuda a controlar los síntomas y a limitar la producción de la proteína negativa.
Además de los tratamientos anteriores, existen otros relacionados con las cirugías.
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