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Muchas personas, tras beber una lata de refresco, la aplastan con las manos para intentar que ocupen menos espacio en la bolsa de basura, pero algunos expertos han advertido que esta práctica puede ser contraproducente a la hora de reciclarlas.
El aluminio es totalmente reciclable, se puede reciclar infinidad de veces sin perder sus propiedades ni características y proporcionando de nuevo productos de calidad.
Por qué no aplastar las latas
Aunque se suele recomendar en el caso de las botellas de plástico, que debemos aplastar con el tapón enroscado, porque son más fáciles de triturar, en el caso de las latas de aluminio, como indican desde la revista Popular Science, dificulta el reciclaje.
Las latas que llegan aplastadas a la cadena de reciclaje son más difíciles de clasificar y pueden llegar a contaminar otros materiales reciclables, apunta Matt Meenan, director de asuntos públicos de Aluminum Association.
Reciclar las latas de aluminio
Una lata completamente aplanada, por ejemplo, podría clasificarse como papel, contaminando así el resto de papeles reciclados. Todo esto siempre dependerá de la infraestructura de reciclaje que se utilice en cada municipio.
Las latas darán problemas en aquellos lugares que usen flujo único, que comienzan en contenedores donde se mezclan todos los materiales reciclables. Si en tu municipio se utiliza el reciclaje de flujo doble o múltiple (separado por contenedores) entonces este problema de las latas no debería de existir.
El aluminio de las latas es el único metal ligero que proporciona dureza, además de otras muchas propiedades como ductilidad, maleabilidad, resistencia a la corrosión, alta conductividad térmica y eléctrica, características que le convierten en un material idóneo para otros usos.
¿Dónde tirar las latas para reciclarlas?
El contenedor amarillo es el destinado para reciclar las latas, los envases de plástico, botellas de plástico, bolsas, envases, celofán, corcho de embalaje, bandejas de poliespán, etc.
Sin embargo, su uso se amplía a prácticamente la totalidad de envases ligeros, a pesar de que, pueden contener otros materiales en su composición. Esto ocurre por ejemplo en el caso de las cajas, tapas y tapones metálicos y las latas de aluminio o acero.
Un error común en el uso del contenedor amarillo es tirar residuos que deberían depositarse en puntos limpios, como aerosoles, electrodomésticos usados, juguetes y objetos metálicos que no son latas.
Por qué se mezcla el aluminio con el plástico
Una vez que los residuos han sido recogidos en los camiones de basura adecuados, se llevan a una Planta de Selección, dónde existen máquinas capaces de realizar una separación de los distintos materiales depositados en un mismo contenedor en función de su tamaño, forma, densidad y composición.
También existe un último control en el que participa el componente humano, de modo que, los operarios realizan la revisión y separación, en el caso de que sea necesario, de un modo manual, para asegurar la efectividad del proceso.
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