Más de doscientos mil alumnos reciben apoyo educativo especial cada año

Según la “Estadística de las enseñanzas no universitarias. Alumnado con necesidad específica de apoyo educativo. Curso 2020-2021”, el 9,3 % del alumnado recibió este tipo de apoyo durante el curso pasado, contabilizando un mayor número en niños en comparación a las niñas.

Estudiantes con necesidades educativas asociadas a discapacidad o trastorno grave

Si de algo podemos estar orgullosos en nuestro país es del trato educativo y las numerosas ayudas dirigidas a las personas con discapacidad o necesidades más específicas. Así, la “Estadística de las enseñanzas no universitarias. Alumnado con necesidad específica de apoyo educativo. Curso 2020-2021”, afirmó que cerca del 9,3 % recibió algún tipo de apoyo educativo con características específicas, es decir, personas con discapacidad o trastorno en el aprendizaje o altas capacidades.

En cuanto a los distintos cursos, el 46,1 % incluyó esta modalidad educativa en Primaria, el 33,4 % en la ESO y el 5,2 % en un centro de Educación Especial. Si nos fijamos en el sexo, los hombres representan un mayor porcentaje en comparación a las mujeres; por comunidades, el apoyo educativo por necesidades específicas sobresale en Navarra, Islas Baleares y Murcia.

Poder contar con un apoyo especial para niños con necesidades en colegios e institutos es, sin duda, un gran avance dentro del ámbito educativo y social, ya que ofrecer un derecho tan básico y necesario como la educación, está al alcance de todos.

Entre los alumnos que reciben este tipo de apoyo, estos se asocian a trastornos graves o a discapacidades de distintas características: intelectual, trastornos generalizados del desarrollo y trastornos graves de conducta. También se encuentran casos de discapacidad motora, plurideficiencia y discapacidades sensoriales auditivas y visual.

Educación dirigida a centros de educación ordinaria y de Educación Especial

Según informan los datos de la estadística, la mayoría de los casos se encuentran integrados en centros de educación ordinaria, pero un porcentaje de apenas el 20 %, se sitúa en algún centro de Educación Especial, donde los profesionales se vuelcan de forma exclusiva a este tipo de alumnado. Los mayores porcentajes de integración en centros ordinarios se encuentran en estudiantes con trastornos graves de conducta o de personalidad, con discapacidad auditiva y con discapacidad visual.

Entre los alumnos y alumnas que reciben apoyo educativo por otro tipo de necesidades más específicas, las más frecuentes son: trastornos de aprendizaje (dislexia o disortografía), las asociadas a situaciones de desventaja socioeducativa, los trastornos del lenguaje y la comunicación y el alumnado con altas capacidades intelectuales. También se incluye estudiantes por desconocimientos graves de la lengua de enseñanza y por retraso madurativo.

¿Cuáles son los beneficios del apoyo educativo específico?

Para poder dar lugar a un apoyo de estas características, es necesario contar con tres ejes fundamentales:

1. El colegio. Aquí se incluyen el tutor, el profesorado de Pedagogía Terapéutica (PT), de Audición y Lenguaje (AL), orientadores, etc.
2. La familia del alumnado.
3. Otros profesionales especializados, como psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, etc.

La colaboración de ambos grupos se vuelve imprescindible para lograr una inclusión educativa a partir del esfuerzo y la dedicación. Evidentemente, la educación inclusiva es muy beneficiosa para las personas con necesidades específicas de apoyo educativo, pero también para el resto de los compañeros, ya que les sirve de modelo para eliminar las barreras y abrirse de manera psicológica y social.

Los estudiantes crecerán entonces en un clima de diversidad basado en el respeto y la socialización con otros niños con capacidades diferentes, lo que da lugar a valores como el compañerismo, la convivencia y la aceptación.