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La conectividad y la tecnología inteligente transformarán nuestra experiencia en el mundo en la próxima década. La innovación en la atención conectada, las ciudades y el transporte inteligentes, la conectividad ética, la sostenibilidad y la tecnología del futuro ayudarán a resolver los retos de una generación y a mejorar la vida cotidiana.
Tanto es así que los dispositivos inteligentes resultarán vitales para el sector sanitario al detectar, controlar y prevenir enfermedades. Los wearables podrían recibir órdenes a través de los pensamientos del usuario a través de asistentes controlados por el cerebro.
El siguiente paso en esta evolución está ya marcado: asistentes controlados por el cerebro
Este tipo de tecnología eliminará todas las barreras que pueden impedir su uso haciendo que los asistentes de voz queden atrás.
Así lo recoge un estudio publicado por Vodafone llamado El Consumidor Conectado 2030 (‘The Connected Consumer 2030’) en el que explora cinco tendencias clave que impulsarán el futuro de la conectividad en la próxima década.
Entre esta tecnología disruptiva, el informe incluye la posibilidad de diseñar asistentes controlados por el cerebro.
En vez de responder al sonido, como hacen los asistentes por voz, o al contacto, como las pantallas táctiles, en 2030 las personas podrán controlar la tecnología con el pensamiento eliminando la práctica totalidad de barreras que pueden dificultar su utilización por cualquier persona, ya tengan una discapacidad o sean personas mayores.
En los próximos 10 años los hogares estarán equipados con productos que monitorizarán la salud
Otra tecnología que mejorará enormemente la calidad de vida de todos, pero especialmente de las personas que necesiten un mayor seguimiento médico, como muchas personas mayores o con discapacidad, será la capacidad de los dispositivos inteligentes de detectar y prevenir enfermedades.
Estos asistentes controlados por el cerebro diagnosticarán la salud de forma proactiva y podrán detectar afecciones ante los posibles problemas de salud y facilitando un modelo de atención sanitaria preventiva.
En concreto, el estudio de Vodafone habla de dispositivos como los espejos del baño, que podrían comprobar el flujo sanguíneo o los cambios anormales en el color de la piel, o los altavoces inteligentes que serán capaces de solicitar automáticamente una receta al detectar sonidos como la tos o estornudos.
Otra tecnología que será una realidad en 2030 facilitará cumplir con los compromisos contra el cambio climático mediante una naturaleza conectada que permita supervisar el impacto de las medidas que se adopten.
También los vehículos autónomos y las posibilidades comerciales para los ocupantes, y la utilización de los datos personales como moneda serán las otras dos tecnologías que el informe considera claves dentro de diez años.
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