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Los Juegos Olímpicos siempre dejan algún que otro momento impactante para el recuerdo. Esta vez se ha tratado de la lanzadora polaca de jabalina, Maria Andrejczyk, quien ha subastado su medalla olímpica para destinar los fondos de una operación para un niño, Milosz. Este bebé tiene apenas ocho meses y sufre una cardiopatía congénita grave. La intervención del pequeño se produjo el pasado 4 de octubre en el Hospital Universitario Dexeus, en Barcelona. Sin duda alguna, se trata de uno de los mejores momentos de estos juegos.
“Estaremos agradecidos el resto de nuestras vidas”
Tanto Milosz como la atleta polaca, son de Polonia. Maria Andrejczyk pudo subir al podio de los Juegos Olímpicos de Tokio tras llevarse una medalla de plata. Gracias a la subasta de la medalla y al dinero obtenido, Milosz ha podido superar la cardiopatía congénita que le provocaba problemas cardíacos y pulmonares. La operación se realizó en el Hospital Universitario Dexeus, de la mano del jefe de la Unidad de Cardiopatías Congénitas, el Doctor Raúl Abella.
La madre del pequeño, Mónika, se dirige entusiasmada a la atleta polaca: “Estaremos agradecidos el resto de nuestras vidas. Si no es por ti, no sabemos lo que hubiera pasado. No tendríamos vida, nuestra vida. Y lograr darle una infancia”, añade.
Millosz tendrá que volver a Barcelona en unos meses
El doctor Abella ha explicado la importancia de la técnica utilizada para operar al pequeño, conocida como “sutureless”, para ampliar el drenaje de las venas pulmonares izquierdas, evitando poner los puntos de sutura directamente sobre las venas.
El pequeño Milosz deberá volver a Barcelona en seis meses o un año para evaluar su progreso, pero podrá llevar una vida completamente normal gracias a la generosidad de la atleta Maria Andrejczyk y de otros donantes de su país. La familia ha permanecido un mes y medio en la ciudad catalana, mientras el pequeño se recuperaba de la intervención quirúrgica.
“El valor real de una medalla siempre permanece en el corazón”
La deportista explica el sentimiento encontrado tras realizar esta humilde acción. “El valor real de una medalla siempre permanece en el corazón. Pero es solo un objeto que puede ser de gran valor para otros. Esta plata puede salvar vidas en lugar de acumular polvo en un armario. Por eso decidí subastarla para ayudar a ese niño enfermo” explica Maria. Además del valor obtenido por la medalla, 44.000 euros, abrió una cuenta para que, quien quisiera, pudiera hacer más aportaciones.
Quizás la historia de Milosz haya impactado a la joven deportista de 25 años, tras luchar contra un osteosarcoma, un tipo de cáncer de hueso. “Fue realmente un impulso. Sentí que esta medalla no se podía quedar conmigo porque recuerdo bien cuánto tuve que luchar contra la adversidad y el dolor”.
María recibió el premio European Athletics Community por su gesto, un galardón que compartió con todos los que habían contribuido con sus donaciones para poner su granito de arena en la operación de Milosz. Además, el gobierno de Podlaquia, provincia de la atleta, le ha encargado una réplica de la medalla solidaria.
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