Lectura fácil
El otoño está marcado por un buen tiempo y temperaturas inusualmente cálidas, con algunos registros de récord, como los 20ºC de temperaturas mínimas registradas en la noche del día 19 de octubre en Toledo o los 35,3ºC de máximas en Granada el día 18 del pasado mes.
Porque parece que esto va a seguir así durante noviembre y la falta de lluvias y el calor veraniego en pleno otoño tienen muchísimo impacto y no solo sobre la salud. Los campos sufren sequía, se multiplican e intensifican los incendios, se pierde producción agrícola; se pone en riesgo la soberanía energética, las empresas y a las familias. El impacto socioeconómico del calor es muy importante y acrecienta la desigualdad porque no lo sufre igual una familia con jardín, piscina y aire acondicionado, que una que no disponga de ello.
Lo cierto es que el buen tiempo, mata
Nadie quiere vivir dentro de un horno y hemos convertido a España en un país con un alto riesgo de desertificación en tres cuartas partes de su territorio.
"Nadie querría ver a uno de los territorios más ricos en biodiversidad de Europa convertido en un desierto", clama la coordinadora de la campaña del clima de Greenpeace, María Prado para Nius Diario. Por eso, sostiene, aunque para algunas personas pueda ser atractivo el buen tiempo en otoño, es peligroso.
Cuando se altera el clima, se transforma todo el ecosistema, toda la biodiversidad. "Por muy exótico que parezca que nazcan por primera vez flamencos en Mallorca, eso significa que especies endémicas de la isla tienen que desplazarse o desaparecer. Eso es una catástrofe. Nos enfrentamos a cambios que transforman no solo el paisaje, sino la economía que depende de estos recursos", subraya María Prado.
Las estimaciones de la Aemet apuntan a que, probablemente, los termómetros continuarán por encima de lo normal hasta el próximo mes de enero
Según Meteored, este año el verano empezó cuatro semanas antes y aún no ha finalizado en algunas zonas. Terminará este mes de noviembre, lo que significa que le ha robado un mes a la primavera y casi dos meses al otoño. El calentamiento global provoca que las temperaturas medias vayan subiendo en todas las estaciones del año, especialmente, en los meses cálidos. Los veranos son cada vez más tórridos; los inviernos, un poco más suaves.
Hay que lanzar un mensaje a la ciudadanía: las soluciones existen, están en nuestras manos y es obligación de nuestros gobiernos facilitarlas e impulsarlas de forma urgente. El buen tiempo otoñal no es buen tiempo, sino una advertencia más de los cambios que la crisis climática está trayendo consigo.
Hay alternativas como son las energías renovables, el ahorro y la eficiencia; alternativas que ya están funcionando en todos los sitios donde se han instaurado, y en España que somos un país privilegiado tanto en sol como en otros muchos recursos naturales, es hora que reconquistemos el liderazgo que tuvimos años atrás.
Hay que decir las cosas claras
Estudios publicados en la revista Lancet ponen ya cifras a los fallecidos por olas de calor en todo el mundo y son 350.000 personas al año. En España, el número de muertos se ha incrementado un 95 % en las últimas dos décadas y de seguir así no tardará en multiplicarse por dos. Ahora mismo estamos en 30 fallecidos por cada millón de personas (más de 1.400 al año).
Añadir nuevo comentario