Más de 1.000 millones de personas en África están en peligro por las consecuencias del cambio climático

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24/10/2021 - 12:00
Al menos 50.000 personas se han visto afectadas por las inundaciones en la región de Gatumba (Burundi) en el último año.

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África es uno de los continentes que emite un nivel menor de gases de efecto invernadero. Sin embargo, aunque consiga mantener su ritmo actual de emisiones en el futuro, el continente pagará el precio de la pasividad del resto del mundo. De hecho, es uno de los primeros continentes en experimentar las múltiples consecuencias del cambio climático. Aunque rebosa de potencial renovable sin explotar y de recursos naturales abundantes, éstos no siempre son fácilmente accesibles.

Un nuevo informe de la ONU sobre el cambio climático detalla que más de 1.000 millones de personas en todo el continente africano se verán afectadas por la subida del nivel del mar, inundaciones y sequías producto del calentamiento global.

El monte Kenia, las montañas Rwenzori en Uganda y el imponente Kilimanjaro en Tanzania no son lo suficientemente grandes para convertirse en fuentes de agua, por lo que el deshielo que están sufriendo provocarían inundaciones importantes.

Las variaciones en la configuración de las precipitaciones, el incremento de las temperaturas y el aumento de las condiciones meteorológicas extremas contribuyeron a aumentar la inseguridad alimentaria, la pobreza y los desplazamientos en África durante el año pasado, una situación que agravó la crisis socioeconómica y sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19.

Las inversiones son especialmente necesarias en el desarrollo de capacidad y la transferencia de tecnología, así como en la mejora de los sistemas de alerta temprana de los países, incluidos los sistemas de observación del tiempo, el agua y el clima.

Es muy necesario y urgente actuar contra el cambio climático

El estudio se suma a las pruebas científicas sobre la necesidad urgente de reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, aumentar el nivel de ambición climática e incrementar la financiación para la adaptación.

África está presenciando un aumento de la variabilidad meteorológica y climática, que provoca desastres y trastornos en los sistemas económicos, ecológicos y sociales.

Para el año 2030, se estima que hasta 118 millones de personas extremadamente pobres (es decir, que viven con menos de 1,90 dólares al día) estarán expuestas a la sequía, las inundaciones y el calor extremo en África, si no se establecen medidas de respuesta adecuadas.

Esto supondrá una carga adicional para las iniciativas de mitigación de la pobreza y obstaculizará de forma considerable el aumento de la prosperidad.

La ONU indica que el 2020 fue el año más caluroso jamás registrados en todo el continente africano

Además, las sequías severas o las inundaciones repentinas en la región podría aumentar la seguridad alimentaria hasta en un 20 % en las poblaciones subsaharianas.

Junto con la recuperación por el COVID-19, mejorar la resiliencia climática es una necesidad urgente y continua. En África Subsahariana, el cambio climático podría reducir el producto interno bruto (PIB) hasta un 3 % para 2050.

Más sequías, más inundaciones, más hambrunas y guerras por los recursos básicos dibujan el futuro del continente ante el calentamiento global.

¿Qué se puede hacer para defender un futuro sostenible de crecimiento y prosperidad en los países más pobres del mundo?

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