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La guerra en Ucrania continúa dejándonos noticias atroces de pérdidas de vidas humanas, ciudades devastadas y crímenes de guerra. Desde que el conflicto inició a finales del mes de febrero, se cuentan cerca de 1.600 civiles ucranianos fallecidos y más de 2.200 heridos.
Durante el desarrollo de la guerra los civiles ucranianos se han ido convirtiendo en uno de los principales objetivos para la ofensiva militar rusa. Diversas denuncias, por parte de organizaciones como las Naciones Unidas, los civiles o el gobierno ucraniano, contra Putin por los posibles crímenes de guerra que podría estar cometiendo en esta guerra.
Los civiles ucranianos de Mariúpol sufren el ataque de las bombas anti búnker rusas
La planta siderúrgica de Azovstal en Mariúpol, punto clave de la resistencia ucraniana en la zona, está sufriendo el ataque ruso con toda su potencia. El comandante del Regimiento Azov de la Guardia Nacional ucraniana, Denys Prokopenko, que lidera la resistencia, ha informado sobre la presencia de varios de los civiles ucranianos, que se negaron a abandonar la ciudad en los ultimátum previos de Moscú, refugiados con ellos en los túneles subterráneos y los búnkers de la fábrica.
“Las fuerzas de ocupación rusas y sus aliados... conocen la existencia de los civiles, y continúan disparando deliberadamente”, informó Prokopenko el pasado martes. Esta fábrica de acero, que sirve como barricada al avance ruso, se ha visto sometida al ataque de bombas anti búnker, capaces de atravesar el hormigón.
La alerta del comandante se intensifica al señalar que entre los civiles ucranianos refugiados: "Hay muchos niños de diferentes edades, mujeres, ancianos", urgiendo así a la necesidad de abrir corredores de evacuación con la ayuda de la comunidad internacional. Pero no solamente el armamento pesado amenaza esta fortaleza, el líder separatista, Denís Pushilin, manifestó la semana pasada el plan de las milicias prorrusas de "hacer salir a los topos de sus madrigueras", señalando que conocen las salidas y puntos de acceso de la acería.
Las rusas KAB-1500L-Pr, bombas que rompen el hormigón armado
La letalidad de estas bombas reside en su capacidad de penetrar varios metros antes de hacer explosión. Concretamente, el ejército ruso suele utilizar las KAB-1500L-Pr, bombas guiadas por láser y con una gran precisión lanzadas desde aviones, que son capaces de atravesar hasta 20 metros de tierra y dos en el hormigón armado, lo suficiente para poner en jaque la resistencia de los muros que protegen a los ucranianos escondidos en la acería de Azovstal.
La protección de los civiles como prioridad
Se calcula que al menos 100.000 ciudadanos ucranianos han decidido permanecer en Mariúpol, pese a los dos ultimátum previos por parte de Rusia para que abandonasen la ciudad ante el inminente asedio en Azovstal. Por este motivo, la prioridad del ejercito que aún resiste en la ciudad, es el de proteger a los civiles ucranianos que se han quedado refugiados en la fábrica siderúrgica.
Mijail Mizintsev, jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de Rusia, ha ofrecido un último ultimátum de rendición para la ciudad. "Dada la situación catastrófica desarrollada en Azovstal y guiada por principios puramente humanos, las Fuerzas Armadas de Rusia ofrecen una vez más a los milicianos de batallones nacionalistas y mercenarios extranjeros que detengan todas las hostilidades y entreguen las armas a partir de las 12.00 horas", ha esto ha añadido que Rusia cumple con "todas las normas de la Convención de Ginebra sobre el tratamiento a los presos de guerra, como ha pasado con el personal militar de las Fuerzas Armadas ucranianas que se rindieron previamente en Mariúpol", con la intención de alentar así a la rendición.
Además, este ultimátum incluyó un alto al fuego para la evacuación de los combatientes y civiles ucranianos refugiados en la fábrica de Azovstal.
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