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Algo muy común en todas las casas es almacenar productos alimenticios olvidados, y que finalmente terminan en la basura. Todos esos productos, o la mayoría, se desperdician en cada rincón del mundo por lo que es importante concienciarse sobre ese desperdicio.
En GNDiario te ofrecemos algunos consejos para que aproveches al máximo ese rincón de la nevera abandonado.
Los hogares son los protagonistas de esa pérdida de alimentos
Cada 29 de septiembre se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que tiene como objetivo paliar y concienciar sobre aspectos tan importantes como el desperdicio continuo de los alimentos, sobre todo en los hogares, que alcanzan casi 570 millones de toneladas del desperdicio alimentario mundial.
En cambio, los restaurantes y servicios de alimentación acumulan el 26 % de los 931 millones de toneladas desperdiciadas; el comercio minorista supone el 13 % de la comida que finalmente termina en la basura.
Los hogares españoles, por su parte, superan la media y llegan a los 77 kilos de comida tirada a la basura por persona a lo largo de todo el año. Es importante estacar que ese desperdicio alimentario no tiene relación con la idea de que en los países con ingresos más altos se produce un mayor desperdicio, durante 2019 Nigeria fue el país que más alimentos tiró a la basura.
Diferencia entre “pérdida” y “desperdicio”
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) insiste en que no es lo mismo “pérdida de alimento” que “desperdicio de alimento”, ya que depende del momento de la cadena de producción en el que ocurra.
La pérdida de alimentos es la disminución de cantidad o calidad de estos como resultado de las decisiones y acciones de los proveedores en la cadena alimentario, es decir, cualquier alimento que se incinera o desecha de otra manera a lo largo de la cadena de suministro de alimentos. Sin embargo, el desperdicio de alimentos es la disminución en su cantidad o calidad como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas y consumidores.
El desperdicio alimentario y la crisis climática
Además de producir más, malgastamos más. La ONU indica que 1.300 millones de toneladas anuales de alimentos terminan en la basura, incluso antes de llegar al plato. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que el despilfarro causó entre un 8 y un 10 % de las emisiones de los gases responsables del calentamiento global de alimentos durante 2010-2016.
La FAO, en 2018, reveló que el desperdicio alimentario en lugares como Estados Unidos, Europa, China o Australia se da sobre todo durante la distribución y en la nevera del consumidor. Los países menos desarrollados, en comparación, sufren pérdidas casi en todos los tramos de la cadena alimenticia.
Consejos para desperdiciar menos alimentos
La FAO ofrece medidas sencillas para aprender a desperdiciar menos alimentos. Entre ellas:
- Dieta más saludable y sostenible.
- Conciencia sobre las cantidades, comprar solo lo que necesitemos.
- No es necesario acumular alimentos frescos que se van a estropear en pocos días.
- Dejar de priorizar el aspecto de las frutas y hortalizas.
- Saber cómo almacenar los alimentos.
- Servir en casa porciones más pequeñas.
- Consumir especies de peces más abundantes, al igual que legumbres y verduras.
- Reducir el consumo del agua a la hora de cocinar.
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