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Los grupos poblacionales más pobres son los menos responsables de la crisis climática, mientras que quienes acumulan mayor índice de riqueza siguen copando las cuotas más altas de contaminación.
Un ejemplo práctico de otro tipo de desigualdad: las emisiones de dióxido de carbono, que pone de relieve el último informe World Inequality Report. El texto cuantifica algo que no es difícil imaginar: los ricos contaminan más que aquellos con menores ingresos.
Mayores ingresos se traducen en mayor huella de carbono debido, básicamente, al patrón de consumo
De media cada humano produce al año unas 6,5 toneladas de gases de efecto invernadero. Pero esta cifra oculta las significantes diferencias que hay dependiendo de lo que gana cada ciudadano.
El consumo excesivo de una minoría rica está exacerbando la crisis climática. Esta desigualdad extrema de emisiones de carbono es una consecuencia directa del afán de nuestros gobiernos durante décadas por fomentar un crecimiento económico extremadamente desigual y basado en el carbono. Además, el mapa de emisiones refleja que el consumo de carbono ha servido para enriquecer a los más ricos y no para sacar a la gente de la pobreza Este modelo ha caducado y es urgente uno nuevo.
Los más ricos viven principalmente en países avanzados, por lo que la mayor parte de la "peso" en las emisiones recae en dichos territorios. Zonas como Norteamérica triplican la media emisiones per cápita, mientras que en África es seis veces menor. Pero, dentro de cada área geográfica, la disparidad de emisiones entre personas de diferentes escalas socioeconómicas es muy notable.
Autoridades de todo el mundo recurren a la primera figura para presumir de su reducción en emisiones o discutir nuevos objetivos en las cumbres climáticas. Pero, muchos países ricos externalizan sus industrias intensivas en emisiones y sus residentes más pudientes adquieren bienes y servicios que provienen de otros lugares. Lo que aumenta la polución territorial de estos países en desarrollo.
Los ricos del mundo deben cambiar radicalmente sus estilos de vida para enfrentar el cambio climático
Pero el autor principal del informe, Peter Newell, profesor de la Universidad de Sussex, le dijo a BBC News: "Estamos totalmente a favor de las mejoras tecnológicas y productos más eficientes, pero está claro que se necesitan acciones más drásticas porque las emisiones siguen aumentando".
"Tenemos que reducir el consumo excesivo y lo mejor es empezar por el de las élites contaminantes que contribuyen mucho más de lo que les corresponde a las emisiones de carbono".
"Estas son las personas que vuelan más, conducen los automóviles más grandes y que viven en casas grandes que pueden permitirse calentar fácilmente, por lo que tienden a no preocuparse si están bien aisladas o no".
"También son el tipo de personas que realmente podrían permitirse un buen aislamiento y paneles solares si quisieran".
Un europeo no contamina tanto en su país
Pero nuestro patrón de producción y consumo aumenta nuestra huella de carbono un 25 % respecto a nuestras emisiones territoriales. En cambio, en Asia Oriental el 8 % del CO2 que genera una persona proviene de actividades como la exportación de móviles a Occidente.
Los responsables del World Inequality Report consideran que muchas de las políticas actuales afectan de forma desproporcionada al 90 % de la población que conforma la clase media y baja. De hecho, apuntan que este grupo ha reducido sus emisiones en los últimos 30 años, mientras que el 10 % de aquellos con rentas más altas las han aumentado.
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