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Como humanidad, nos enfrentamos a uno de los mayores retos posibles: el cambio climático y las acciones para realizar una transición hacia modelos sostenibles, que puedan asegurar nuestra subsistencia como especie. Hasta el momento, los modelos de producción y administración de los recursos planteados, nos han llevado a una situación crítica. Nuestra única alternativa, es virar hacia modelos de desarrollo sostenible.
Por este motivo, la semana pasada, se organizó un seminario web titulado "De la Conferencia de Estocolmo de 1972 sobre medio ambiente hasta hoy", organizado por la Fundación Naturgy, con el único objetivo de poner sobre la mesa los asuntos de sostenibilidad. Uno de los focos principales de este seminario, fue el de diferenciar las definiciones de crecimiento y desarrollo sostenible, para marcar de forma más clara la hoja de ruta a seguir a partir de ahora.
¿En que se diferencia el crecimiento del desarrollo sostenible?
La Conferencia de Estocolmo de 1972, marcó un antes y un después en materia de sostenibilidad. Sin embargo, el tiempo avanza y con el se incrementan los retos y cambian los paradigmas. Por este motivo, para el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, es necesario ir “más allá de las declaraciones institucionales” de hace 50 años, “el salto cualitativo” que se ha dado es “el impulso de determinados gobiernos para dinamizar la gestión ambiental”.
En este contexto, pretende promover un cambio en la forma de comprender y afrontar los términos de crecimiento y desarrollo sostenible. Para el secretario, el principal problema está en situar, de forma casi por inercia, el término crecimiento con la economía y que hasta este momento, se presenta como único paradigma. Sin embargo, ahora el principio que rija las actuaciones “debe ser el desarrollo sostenible”.
Para ejemplificar de forma más visual a qué se refiere con esta separación entre la idea de crecimiento y desarrollo sostenible, Morán señala que “una persona crece hasta una determinada edad, pero se desarrolla durante toda su vida si tiene vocación para ello”. Así mismo, “el planeta tiene límites de crecimiento, pero eso no implica frenar el desarrollo”.
Es decir, la sociedad debe dejar de pensar en un crecimiento sin límite y empezar a entender que es muy probable que ya hayamos alcanzado el tope, nuestra adultez, y que es momento de empezar un desarrollo sostenible de nuestras capacidades ya adquiridas, dejando atrás una fórmula meramente extractiva y sustituyéndola por la reutilización de todo lo recursos que obtenemos de nuestro entorno natural.
Por otro lado, otra de las reflexiones de Morán que sustentaron esta idea, fue la de que “es necesario dar un giro al modelo económico que ha sostenido al mundo durante siglos”, pero que los países más desarrollados aún hablan "de actuar para mantener la calidad de vida”. Sin embargo, en otros entornos y países “se habla de intervenir para mantener la vida misma, no su calidad”. Porque lo verdaderamente apremiante, es conseguir en conjunto desarrollado para todos.
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