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Cada año desde 1972, se renueva la emoción de la colección de cromos de La Liga. En esta semana, miles de niños y niñas acuden a los quioscos con sus pequeñas sumas de dinero, regalos de padres, tíos y abuelos, para adquirir el codiciado álbum y los primeros sobres de cromos. En aproximadamente un mes, los patios de recreo de las escuelas se llenarán de jóvenes aspirantes a comerciantes, ansiosos por obtener esa pieza que les falta, mientras exclaman "¡Tengui, tengui, tengui, falta!" en búsqueda de cromos de jugadores como Vinícius, Lewandowski o Joao Félix.
Cromos de La Liga: Un vínculo generacional inquebrantable
Cada año, desde 1972, la emocionante colección de cromos de La Liga regresa, llevando a miles de niños y niñas a los quioscos con sus pequeñas monedas y regalos de padres, tíos y abuelos, con el propósito de adquirir el codiciado álbum y los primeros sobres. En aproximadamente un mes, los patios de las escuelas se llenarán de jóvenes aspirantes a comerciantes, ansiosos por completar sus álbumes y buscando desesperadamente esa lámina que les falta, mientras exclaman "¡Tengui, tengui, tengui, ¡falti!" en busca de cromos de jugadores como Vinícius, Lewandowski o Joao Félix.
"En los últimos 150 años, no hay una persona en España que no haya experimentado esto", sonríe Josep-Manuel Rafí, quien ha dedicado toda una vida al coleccionismo de cromos. Al igual que muchos, sus primeros cromos fueron un regalo de sus abuelos con el fin de mantenerlo entretenido y tranquilo, pero le intrigaron de inmediato. Los conservó y con el tiempo ha expandido su colección a más de 50.000 ejemplares de diversas épocas.
Después de investigar a fondo la historia de sus cromos, conoce todos sus detalles y revela que la primera colección de cromos deportivos en España, en 1895, "no presentaba futbolistas, motociclistas, tenistas ni boxeadores, sino pelotaris, jugadores de pelota vasca". Estos cromos se conseguían al comprar tabletas de chocolate de Jaume Boix.
La editorial barcelonesa Tiquet creó la primera colección de cromos sobre el fútbol en España "tal y como los conocemos ahora" en 1915, dando inicio a la fiebre actual por los cromos de La Liga. Antes de eso, entre 1898 y 1910, en coincidencia con la fundación de los grandes clubes españoles, las colecciones de cromos de fútbol se centraban en explicar las reglas del juego y las diferentes jugadas, cuenta el coleccionista.
Estas colecciones de 'Sports Modernos', que además del fútbol mostraban deportes como el atletismo, tenis, baloncesto y hockey, también reflejan mucho sobre la sociedad de la época. Estas emergieron cuando las clases medias comenzaban a estructurarse, permitiendo a las personas tener tiempo libre para practicar deportes.
El origen del cromo en España: Una historia de coleccionismo y conexión
Según cuenta Rafí, el cromo encuentra sus raíces en la publicidad: "Fue el primer recurso del capitalismo moderno para construir la lealtad del cliente hacia una empresa". En España, hicieron su entrada de la mano de Nestlé y consistían en series de imágenes educativas que abordaban temas como lugares del mundo, catedrales e historia. Estas series ofrecían información a una población que no tenía un acceso sencillo a la educación y a las bibliotecas.
La pasión por coleccionar cromos, sobre todo cromos de La Liga, condujo de manera espontánea a la creación del primer mercado de intercambio de cromos en las inmediaciones de la sede de la empresa en Barcelona. Allí, "diariamente, se congregaban muchas personas adultas, no solo niños, para comerciar con los cromos que habían obtenido al adquirir productos", comparte el experto.
Estos cromos, en realidad, "fueron los pioneros en democratizar el coleccionismo: fueras parte de una familia humilde o burguesa, todos coleccionaban lo mismo y si te faltaba un cromo, tenías que intercambiarlo".
Antes de la existencia de álbumes diseñados específicamente para cromos y cromos de La Liga, la gente los adhería en libretas con páginas en blanco. Algunos de estos antiguos registros se conservan en la Biblioteca Nacional de España y en la Biblioteca de Catalunya. Estos cuadernos resultan invaluables para investigar la historia contemporánea, ya que "reflejan los intereses de las personas y la sociedad en la que vivían", asegura Rafí.
Las colecciones y sus inicios
"Existe una pizca de realidad en el mito popular de que las colecciones nunca se pueden completar debido a un cromo que siempre falta", admite Josep-Manuel Rafí.
Luego de investigar el asunto a fondo, el coleccionista ha descubierto que, en los años 60 y 70, las editoriales solían distribuir diferentes cantidades de cromos dentro de una misma colección. "Mientras se imprimían 100,000 unidades de un cromo, tal vez solo se producían 5,000 de otro u otros dos", asegura. Esta disparidad complicaba la tarea de completar el álbum y generaba aún más entusiasmo en los mercados de intercambio.
En la actualidad son muchos los que siguen persiguiendo a sus jugadores favoritos tras los cromos de La Liga, una afición que no cae en el olvido.
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