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Hace ya 16 años, once trabajadores forestales perdieron la vida mientras luchaban contra un incendio desatado en el Ducado de Medinaceli en Guadalajara. Un año después, las Cortes de Castilla-La Mancha les homenajeaban aprobando en un pleno extraordinario una ley muy especial. Aquellos bomberos manchegos dieron su vida por defender la naturaleza, pero no son los únicos.
Según la organización Global Witness, las muertes de personas dedicadas al activismo ambiental se han duplicado en el mundo. La figura del defensor del medio ambiente es imprescindible para construir ese futuro sostenible al que el planeta aspira. Sin embargo, no está exenta de peligros tanto aquellos derivados del desempeño del trabajo en sí, como en el caso de los bomberos, como las presiones y amenazas que reciben muchos.
En 2020 acabaron con la vida de 331 personas defensores del medio ambiente, de las que alrededor de un 75 % eran indígenas y/o se dedicaban a la protección y conservación de la naturaleza. Colombia es el país que se lleva la palma, con 177 muertos a sus espaldas. Muy lejos del resto, aunque algunos de ellos con solamente una vida, como Pakistán, Bolivia, Nepal o Libia; pero por ello, no menos deplorable.
También hay que tener en cuenta el resto de abusos cometidos, que no han terminado con muerte: 919 personas han sufrido maltratos, tanto físicos, como psicológicos, para defender sus derechos. De entre ellas, un 27 % de los defensores medioambientales y/o indígenas sufrieron arrestos, un 26 % padecieron maltrato físico, un 17 % sufrieron acciones legales, un 9 % padecieron asaltos, y un 3 % sufrieron campañas de de desprestigio, según los datos aportados por la ONG Front Line Defensers.
Los defensores del medio ambiente tienen en sus manos la capacidad de movilizar y sensibilizar a sus comunidades para, juntos, llegar a cambiar el mundo
Está claro, que te juegas la vida por defender el derecho a vivir de los animales. Recordando el caso del asesinato de los periodistas españoles en Burkina Faso, lo más común es que los cazadores furtivos no tengan ningún tipo de compasión, ni remilgos para empuñar una pistola o metralleta, y acabar con la vida de quien obstaculice su camino hacia el objetivo, que son esos animales salvajes.
Las mafias que están detrás de los sicarios se encargan de realizar el trabajo sucio, para que otros extorsionadores que viven en la otra punta del planeta puedan obtener su querido trofeo. Su conexión con traficantes de armas y altos cargos políticos es de todos sabida, pero callada y silenciada, por supuesto, con dinero o con la muerte.
Los guardias forestales en estos lugares, hacen lo que pueden, a costa de sacrificar su vida y la de su familia. Una corrupción delirante que llega a todas partes, y que termina por dejar noqueado y sin capacidad de reacción a todos cuantos entran en este juego sucio.
Los colmillos del elefante, el cuerno del rinoceronte, la piel y los huesos de jirafa, distintas partes del organismo de los buitres, y un largo etcétera, son las víctimas del tráfico ilegal.
Es más urgente que nunca que mostremos solidaridad mundial y salgamos en defensa de los defensores que lo arriesgan todo para proteger a las personas y el planeta
La Tierra tiene numerosos tesoros naturales, algunos de ellos cuestan millones, por lo que son frecuentemente objeto de aprovechamiento ilimitado por parte de determinadas empresas u organizaciones, pero ¿hasta cuándo se va a permitir este derramamiento de sangre y este saqueo impune?
Hoy ponemos de relieve los casos de increíbles ambientalistas que nos recuerdan por qué debemos salir en defensa de quienes defienden a la Tierra.
Wangari Maathai (Kenia, 1949-2011)
Ganadora del Nobel de la Paz en 2004, fue la primera mujer africana en recibir el prestigioso galardón y, también, la primera en el este y el centro del continente en conseguir un doctorado.
Bióloga de carrera y profesora universitaria de Anatomía Veterinaria, fue un referente internacional por su lucha por la democracia, los derechos humanos y la conservación medioambiental.
En más de una ocasión se dirigió a la Asamblea General de Naciones Unidas para abrir los ojos de la comunidad internacional ante la discriminación que sufren las mujeres, pero también ante la degradación de nuestro planeta. Maathai fundó el Green Belt Movement en 1977 como respuesta a un llamamiento de las mujeres rurales de Kenia que veían cómo sus ríos y fuentes de agua se secaban lentamente sin poder hacer nada.
Así surgió una organización que empodera a las comunidades locales, especialmente a las mujeres, y les ofrece herramientas para mejorar su calidad de vida a través de la conservación del medioambiente.
Sebatião Salgado (Brasil, 1944)
El fotógrafo brasileño prácticamente no necesita presentación: es una de esas leyendas vivas de la imagen documental. Con su lente, ha retratado durante más de 40 años el mundo que nos rodea.
Salgado ha sabido capturar las mayores bellezas naturales del planeta, pero también las terribles atrocidades cometidas por el ser humano. A través de su obra podemos viajar a más de 100 países y descubrir otras realidades que, en palabras del propio autor, nos hacen darnos cuenta de que, no importa si estamos en medio de la Amazonía o en el Sahel.
Boyan Slat (Países Bajos, 1994)
Este emprendedor e inventor neerlandés creó, con tan solo 18 años, el proyecto The Ocean Cleanup, una organización sin ánimo de lucro que desarrolla tecnología innovadora para eliminar el plástico de los océanos.
Su iniciativa se basa en utilizar las fuerzas naturales de las mareas para atrapar y concentrar el plástico que inunda los océanos.
Tras 4 años de investigación, expediciones de reconocimiento y experimentos, en septiembre de 2008 Slat, junto a su equipo, lanzó el primer sistema de limpieza oceánica del mundo desde San Francisco para instalarlo en la gran isla de basura del Pacífico. Todo ello, ha llevado a que este joven sea la persona de menor edad cuyo trabajo para salvar el medioambiente haya sido reconocido por Naciones Unidas.
Berta Cáceres (Honduras, 1971-2016)
Según Global Witness, Honduras es el país más peligroso del mundo para los activistas medioambientales y los defensores de derechos humanos.
Desde 2010 son más de 120 los ecologistas asesinados por alzar su voz contra la construcción de presas, de la minería, la deforestación o la agricultura intensiva en tierra, casi siempre, indígena. Precisamente fue la lucha por proteger a la madre Tierra y a los indígenas Lencas la que se cobró la vida de Berta Cáceres.
La directora general del Consejo Cívico de Organizaciones Indígenas Populares (COPINH) fue asesinada en su casa, en plena noche. Siete hombres enviados por una compañía eléctrica le arrebataron la vida por intentar frenar la construcción de una represa en territorio de la tribu indígena a la que pertenecía.
Manu San Félix (España, 1964)
Biólogo marino y explorador de National Geographic, San Félix es uno de los mayores defensores de los océanos –y, en especial, del mar Mediterráneo– de nuestro país.
Dedica su vida a la investigación y el cuidado de la naturaleza y, como él mismo asegura, intenta desarrollar siempre proyectos que aúnen sus tres pasiones: la biología marina, la imagen submarina y el submarinismo. Uno de sus mayores logros, en los últimos años, ha sido la creación de una aplicación que ayuda a los barcos a utilizar sus anclas de manera más responsable.
Así, ha conseguido que reduzcan su impacto en los campos de posidonia, una planta autóctona del Mare Nostrum de más de cien mil años que podría extinguirse en poco menos de una década si no se cuida.
Leonardo DiCaprio (EE.UU., 1974)
Su papel en El renacido le valió un Oscar al mejor actor en 2016. Con su discurso de aceptación dejó claro que, a partir de ese momento, utilizaría su altavoz para luchar por la protección del planeta.
Sus palabras aún no han dejado de resonar en las mentes de toda una generación: «El cambio climático es real, está ocurriendo ahora mismo, es la amenaza más urgente a la que se ha de enfrentar nuestra especie. Necesitamos trabajar juntos y dejar de procrastinar». A partir de ese momento, DiCaprio dejó de ser solo una estrella de Hollywood para convertirse en un verdadero defensor del medioambiente, y así lo demuestran sus documentales Before the Flood (Antes que sea tarde) (2016), dirigido por Fisher Stevens y producido por National Geographic, o Hielo en llamas (2019), dirigido por Leila Conners y producido por HBO.
DiCaprio, al igual que el resto de nombres de esta lista, demuestra que la lucha medioambiental no entiende de edad, de país, de época ni de profesión. Porque, si nuestro planeta está en llamas, qué mejor manera que ayudarle y protegerle convirtiéndonos en activistas medioambientales.
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