
Lectura fácil
El año 2024 ha marcado un hito en la inversión destinada a la dependencia en España, alcanzando los 12.000 millones de euros. Sin embargo, esta cifra no se traduce en una mejora sustancial del sistema. La financiación estatal se mantiene estancada y muchas prestaciones son insuficientes, consolidando un modelo de bajo coste que deja sin atención a cientos de miles de personas.
Crece la demanda de la dependencia, pero también la espera
El XXV Dictamen del Observatorio Estatal de la Dependencia, presentado en el Congreso, pone de manifiesto las desigualdades entre comunidades y las deficiencias estructurales del modelo. Aunque más personas están siendo atendidas, el sistema sigue siendo lento e ineficaz para muchos.
En 2024, un total de 1.636.757 personas fueron reconocidas dentro del ámbito de la dependencia, con un incremento de 106.558 nuevas atenciones. No obstante, 270.325 personas siguen esperando:
- 127.879 aguardan una valoración oficial.
- 142.466 tienen derecho reconocido, pero aún no reciben ningún servicio.
El tiempo medio para la resolución de expedientes ha ascendido a 334 días. Como resultado de estos retrasos, 34.252 personas fallecieron en listas de espera en 2024, una cada 15 minutos.
Las diferencias en la calidad del servicio entre comunidades autónomas siguen siendo significativas. Castilla-La Mancha y Castilla y León lideran la clasificación con una nota de 8,3, mientras que Murcia (3,1) y Canarias (3,3) continúan en el último lugar, con una gestión deficiente.
Falta de recursos y medidas insuficientes
El Plan de Choque, que anteriormente aportaba 600 millones anuales, se detuvo en 2024. Aunque el gasto total creció en 187 millones de euros, este incremento se debió al aumento en el número de personas atendidas y no a una mejora real del sistema. Además, se destinaron 48 millones de euros adicionales a la Seguridad Social de cuidadoras no profesionales.
España invierte el 0,8 % de su PIB en dependencia, frente al 1,6 % de la media europea. Esta brecha financiera compromete la calidad de los servicios.
Reducir las listas de espera era uno de los objetivos clave, pero el avance ha sido mínimo. En 2024, solo se redujeron en 26.106 personas. A este ritmo, se necesitarían más de 10 años para acabar con el problema.
La demora en los trámites afecta a miles de personas, que ven cómo su derecho a la asistencia se convierte en un laberinto burocrático sin salida.
Una reforma sin soluciones reales
La teleasistencia se ha convertido en la única prestación para 65.973 personas, 5.000 más que el año pasado. En Madrid, uno de cada tres dependientes solo recibe este servicio.
El 41,9 % de los beneficiarios obtiene una ayuda económica para cuidadoras familiares, con una media de apenas 264,11 euros al mes, muy por debajo del coste real de los cuidados.
El Gobierno ha impulsado una reforma de la Ley de Dependencia, pero sin aumentar el presupuesto. Los expertos advierten que se necesitarían al menos 1.000 millones de euros adicionales para implementar mejoras reales.
De cara a la dependencia y al sistema médico se requiere una gestión más ágil, prestaciones dignas y una financiación adecuada. Sin estos cambios, el sistema seguirá dejando en la sombra a miles de personas que dependen de él.
Añadir nuevo comentario