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A medida que las artes marciales mixtas ganaban popularidad, muchos las comparaban con los combates en el coliseo romano, donde los gladiadores luchaban por sus vidas ante el emperador y una multitud sedienta de sangre. Mientras tanto, un nuevo deporte surgía en silencio: el Combate Medieval. Iniciado como una actividad recreativa, este deporte evolucionó rápidamente, convirtiéndose en una disciplina reglamentada con árbitros encargados de garantizar la seguridad de los participantes.
¿Cómo nació el Combate Medieval?
A medida que las artes marciales mixtas (MMA) ganaban popularidad en el ámbito deportivo, muchos espectadores comenzaron a compararlas con los combates de gladiadores en el Coliseo Romano.
Allí, los guerreros luchaban por su vida frente al emperador y una multitud que aclamaba cada golpe, creando un espectáculo brutal para el público. Sin embargo, mientras este debate se expandía en foros y redes sociales, en Argentina, un grupo de entusiastas estaba dando vida a un deporte que comenzaba a tomar forma: el Combate Medieval.
El Combate Medieval nació como una actividad recreativa, impulsada por un grupo de amigos que, en 2012, decidieron formar una pequeña comunidad para revivir los combates de la Edad Media.
Nicolás García, uno de los fundadores, recuerda que no había un deporte estructurado en ese momento, por lo que su práctica consistía principalmente en recreación medieval. Se armaban con armaduras y armas de fabricación casera, organizando eventos entre ellos, sin mayor reglamento ni formalidad. Pero la pasión por esta actividad creció rápidamente.
En la era de la globalización, comenzaron a descubrir que no estaban solos. A través de internet, García y su equipo se dieron cuenta de que el Combate Medieval estaba siendo practicado en diferentes países, pero con un enfoque más competitivo.
Fue así como, en 2013, algunos de los miembros del grupo viajaron a Francia para participar en el torneo internacional Batalla de las Naciones, donde pudieron conocer de primera mano las reglas y la estructura competitiva.
Un deporte que llega a Argentina
A su regreso a Argentina, el grupo comenzó a difundir lo aprendido, creando clubes en diversas regiones del país. Nicolás García fue clave en la formación de estos grupos, dando entrenamientos en los que se combinaban técnicas de combate medieval con artes marciales como Krav Maga y Jiu Jitsu.
Con el tiempo, Argentina se convirtió en pionera en América Latina en el desarrollo de esta disciplina, y hoy en día existen alrededor de 20 equipos en el país.
El deporte, que se divide en modalidades individuales y grupales, requiere una preparación física rigurosa. Los luchadores deben entrenar tanto sin armadura como con ella, ya que las pesadas armaduras de hasta 30 kilos son una parte fundamental del combate. Las armas utilizadas, como espadas y hachas, son diseñadas para ser seguras, pero el entrenamiento es demandante, ya que requiere resistencia, agilidad y dominio técnico.
En los combates, los luchadores deben hacer uso de estrategias para derribar a su oponente, sumando puntos por cada golpe válido. A pesar de las dificultades económicas de este deporte, como el alto costo de las armaduras, García asegura que la práctica se ha extendido con gran entusiasmo. Aunque aún no existe una liga nacional formal, se organizan copas y torneos en los que equipos de diferentes países participan
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