Desconfianza y creencias: cómo las personas desconfiadas caen en teorías conspirativas y las crédulas en noticias falsas

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18/01/2025 - 10:30
Un hombre lee un periódico

Lectura fácil

La relación entre la desconfianza, la credulidad y la aceptación de información errónea es más compleja de lo que parece. Según un estudio reciente publicado en PLOS Global Public Health, las personas que tienen mayor desconfianza y las más crédulas son más propensas a creer en teorías conspirativas y a ser influenciadas por noticias falsas. Este patrón no solo afecta su capacidad de discernir entre información verídica y falsa, sino que también incrementa la reticencia a aceptar ciertas medidas, como las vacunas.

El impacto de la confianza epistémica

La confianza epistémica se refiere a la disposición de una persona a aceptar el conocimiento compartido por otros, reconociendo su relevancia y aplicabilidad en diferentes contextos. Sin embargo, cuando esta confianza se ve alterada, puede causar trastornos cognitivos que dificultan la actualización rápida y precisa de la información, llevando a individuos a aceptar datos erróneos. El estudio en cuestión explora cómo la confianza epistémica influye directamente en la capacidad de identificar noticias falsas y en la susceptibilidad al pensamiento conspirativo.

Los investigadores encontraron que las personas con una confianza epistémica debilitada, ya sea por desconfianza o por credulidad excesiva, tienen más dificultades para discernir entre noticias verídicas y falsas. Este déficit puede incluso ser más pronunciado entre aquellos que han experimentado adversidades en la infancia, lo que afecta su capacidad para procesar y aceptar información de manera saludable.

Desconfianza y creencias conspirativas

Además, los resultados del estudio mostraron que tanto la desconfianza como la credulidad están asociadas con un mayor apego a las teorías conspirativas, particularmente en lo que respecta a temas como la pandemia de COVID-19. Aquellos con baja capacidad para discernir entre información verídica y falsa son más propensos a rechazar las fuentes confiables y abrazar narrativas erróneas que refuercen sus creencias preexistentes.

Una parte importante del estudio reveló que la falta de confianza en las instituciones y en las fuentes tradicionales de información aumenta la probabilidad de adherirse a creencias infundadas, como las teorías de conspiración. De igual manera, los individuos muy crédulos, que tienden a aceptar sin cuestionar lo que se les dice, también muestran una mayor inclinación a ser influenciados por noticias falsas.

La influencia en la Salud Pública

El estudio también destaca cómo la desconfianza y la credulidad están íntimamente relacionadas con la reticencia a las vacunas, un tema crucial en el contexto de la salud pública mundial. La incapacidad para distinguir entre hechos y falsedades puede tener consecuencias graves, como la propagación de enfermedades prevenibles. A medida que las noticias falsas se difunden más rápidamente en la era digital, la credibilidad de las fuentes de información se ve erosionada, lo que dificulta aún más la lucha contra la desinformación.

Los autores del estudio advierten que, aunque no pudieron establecer relaciones causales definitivas, las intervenciones de salud pública deberán abordar directamente estos problemas de confianza, tanto en los individuos crédulos como en los desconfiados. Para contrarrestar estos problemas, es fundamental fortalecer la confianza en las fuentes de información confiables y promover un pensamiento crítico que permita distinguir entre lo verdadero y lo falso.

El estudio deja claro que la desconfianza y la credulidad no solo afectan nuestras relaciones interpersonales, sino que también tienen un impacto directo en cómo procesamos la información, influenciando nuestras creencias y decisiones, especialmente en temas de salud pública. La clave para contrarrestar la propagación de noticias falsas y la aceptación de teorías conspirativas es promover una mayor confianza epistémica, fomentar el pensamiento crítico y restaurar la confianza en las fuentes verificadas. Sin estos esfuerzos, la desinformación seguirá siendo un problema importante en la sociedad digital actual.

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