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El deshielo de capas heladas de Groenlandia y la Antártida provocado por el cambio climático podría elevar el nivel global del mar en 38 centímetros a finales de este siglo si no se frenan las emisiones de gases de efecto invernadero.
Estas son las conclusiones a las que ha llegado un estudio realizado por más de 60 científicos de tres docenas de instituciones internacionales y liderado por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. El trabajo está publicado en la revista 'Cryosphere'.
El deshielo en Groenlandia y la Antártida podría elevar bastante el nivel del mar
Asimismo, este resultado está en línea con las proyecciones del informe especial sobre los océanos y la criosfera hecho público el año pasado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Concretamente, el agua de deshielo de las capas heladas de la Tierra contribuye con aproximadamente un tercio del aumento total del nivel del mar en el mundo. El informe del IPCC proyectó que Groenlandia contribuiría con 8 a 27 centímetros al aumento global del nivel del mar en este siglo y que la Antártida podría aportar entre 3 y 28 centímetros.
"Una de las mayores incertidumbres cuando se trata de cuánto aumentará el nivel del mar en el futuro es cuánto contribuirán las capas de hielo", apunta Sophie Nowicki, ahora en la Universidad de Buffalo (Estados Unidos) y antes en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, quien añade que "la contribución de las capas de hielo depende realmente de lo que hará el clima".
Groenlandia contribuye significativamente a la subida del nivel del mar
La capa de hielo de Groenlandia contribuye significativamente a la subida del nivel del mar con el aumento de las temperaturas del aire que derriten la superficie de la capa de hielo y el incremento de las temperaturas del océano que provocan el retroceso de los glaciares que terminan en los océanos.
Los científicos investigaron dos escenarios diferentes que el IPCC ha establecido para el clima futuro con el fin de predecir el aumento del nivel del mar entre 2015 y 2100: uno con incremento de emisiones de gases de efecto invernadero y otro con emisiones más bajas.
En el escenario de altas emisiones, encontraron que la capa de hielo de Groenlandia aportaría un aumento adicional del nivel del mar global de nueve centímetros en 2100; en el escenario de emisiones más bajas, la pérdida de esa capa de hielo elevaría el nivel global del mar en tres centímetros.
Los resultados en la Antártida apuntan a un mayor rango de posibilidades
En el caso de la Antártida, es más difícil de predecir. En el oeste, las corrientes oceánicas cálidas erosionan el fondo de las grandes plataformas de hielo flotantes, mientras que la vasta capa de hielo de la Antártida oriental puede ganar masa, ya que las temperaturas más cálidas provocan más nevadas.
"La región del mar de Amundsen, en la Antártida occidental, y la Tierra de Wilkes, en la Antártida oriental, son las dos regiones más sensibles al calentamiento de las temperaturas del océano y a las corrientes cambiantes y seguirán perdiendo grandes cantidades de hielo", subraya Hélène Seroussi, científica en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Los resultados apuntan a un mayor rango de posibilidades, desde un cambio de la capa de hielo que disminuye el nivel del mar en 7,8 centímetros hasta aumentarlo en 30 centímetros a finales de siglo, con diferentes escenarios climáticos. Las proyecciones regionales muestran la mayor pérdida en la Antártida occidental, responsable de hasta 18 centímetros de subida del nivel del mar para 2100 en condiciones más cálidas, según la investigación.
El Ártico en mínimos por el cambio climático
El pasado 15 de septiembre se registró la segunda cifra más baja que se tiene en cuanto a hielo marino se refiere. Según los datos del NSIDC estadounidense, el Ártico ha alcanzado este año su segunda extensión mínima con 3,74 millones de kilómetros cuadrados. Dicha cifra se registró este pasado 15 de septiembre y solo hay datos más bajos registrados en septiembre de 2012, cuando se bajó hasta los 3,41 millones de kilómetros cuadrados.
NSDIC recoge estos datos con la ayuda de la NASA y mediante imágenes por satélite. Gracias a ello pueden medir de forma constante y regular cómo evoluciona la capa de hielo del Ártico y también del Antártico. Los datos se han recopilado desde 1979 y en estos 41 años solo en 2012 se registró un nivel aún más bajo. Desgraciadamente, hay estudios que estiman que a este paso para 2035 podríamos tener un deshielo completo cada verano en el Ártico.
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