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Probablemente el embarazo sea una de las etapas más complejas por las que atraviesa una mujer cuando decide ser madre. No solo los cambios físicos, que pueden llegar a generar muchas dificultades, dolores e incluso cambiar nuestra función hormonal al completo, con lo que eso supone, sino que también están los efectos psicológicos que pueden ser variados e igual de complejos. Por este motivo, existe una rama específica de la medicina que se encarga de las mujeres embarazadas durante gran parte del proceso, y esa es la conocida como obstetricia.
Día de la Obstetricia y la Embarazada
Según el Instituto Nacional del Cáncer, la obstetricia es el campo de la medicina que "se especializa en la atención de las mujeres durante el embarazo y el parto, y en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de los órganos reproductivos femeninos", pero además, esta área de la medicina integra otros temas de salud de las mujeres, "como la menopausia, los problemas hormonales, la anticoncepción (regulación de la natalidad) y la esterilidad".
Para poner en valor el trabajo tan relevante de todos los profesionales que acompañan a las mujeres durante el embarazo, el parto y los primeros momentos del cuidado del recién nacido, cada 31 de agosto se celebra a nivel internacional el Día de la Obstetricia y la embarazada. También se busca poner en valor la figura de la madre, su salud y sus necesidades, para sensibilizar a la sociedad y dotar de información para evitar situaciones indeseadas como la violencia obstétrica.
Luchar contra la violencia obstétrica
Gracias a los movimientos sociales que buscan la igualdad de la mujer en la sociedad, así como su protección de la violencia que se ejerce hacia ella de forma específica, hoy en día podemos hablar sobre la violencia en la obstetricia, algo que hasta hace relativamente poco era impensable. La Organización Mundial de la Salud define a este tipo de abuso, como aquel que sufren las mujeres durante todo el proceso del embarazo o en el momento concreto del parto.
Este tipo de violencia puede llevarse acabo a través de maltratos físicos hacia las madres y el bebé, pero también humillaciones o cualquier otro tipo de abuso verbal. Otra forma de ejercer abuso en la obstetricia, mucho más peligroso, es el de las prácticas médicas que se realizan sin el consentimiento de la embarazada, aplicando métodos coercitivos, negarse a administrar medicamentos para el dolor sin causa justificada o una violación grave de la intimidad de la paciente.
¿Cómo se puede luchar contra estos abusos en la obstetricia? Nuestra mejor arma siempre es el conocimiento. Muchas mujeres no son conscientes de los derechos que tienen y en ocasiones pueden a llegar a no darse cuenta de que están siendo víctimas de la violencia obstétrica. Por eso es relevante difundir este tipo de información. Por supuesto las leyes de protección a la mujer y la denuncia de estas prácticas, son esenciales para seguir luchando contra esta lacra.
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