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El período que va de noviembre a finales de enero ha consolidado su relevancia en el comercio, marcando un aumento significativo en las compras, el consumo, y las contrataciones. Este ciclo, que incluye eventos como el Black Friday, la Navidad y las rebajas de enero, ofrece múltiples oportunidades de empleo temporal, especialmente para los jóvenes que estudian y buscan ingresos adicionales.
Incremento de del empleo temporal en determinadas temporadas
La campaña navideña de este año promete casi medio millón de contratos, un 15 % más que en 2023, según datos de Randstad. Las áreas de logística y transporte lideran con 179.000 contrataciones, seguidas de la hostelería y el comercio, con 179.000 y 100.775 contratos, respectivamente. Los sectores tecnológicos, de moda y alimentación también refuerzan su plantilla con el empleo temporal, incluyendo puesto de empaquetadores, mozos de almacén y dependientes.
Mar, de 28 años, es un ejemplo de esta dinámica. Desde noviembre trabaja como dependienta en una conocida tienda textil en Mallorca. Comenzó cubriendo una baja, pero a partir del 23 de diciembre asumirá un contrato de refuerzo para la campaña navideña y las rebajas, que finalizará el 31 de enero. Sin embargo, ella misma admite que no extendería su vínculo, incluso si fuera posible, ya que está enfocada en sus oposiciones para Policía Local. Este empleo a media jornada, que le permite estudiar, le aporta unos ingresos mensuales de 800 euros, que pueden llegar a 1.000 con comisiones. "Es ideal porque puedo compaginarlo con mi preparación", asegura.
Aunque esta es su primera experiencia en una campaña de rebajas, no es la primera vez que trabaja como dependienta. Anteriormente, cubrió contratos de fijos-discontinuos, donde enfrentó presiones laborales y horarios más exigentes.
Pese a las dificultades, valora que este empleo temporal le han permitido ahorrar y generar derecho a prestación por desempleo, algo crucial para alguien que aún vive con sus padres y no podría permitirse vivir sola debido al elevado coste del alquiler en la isla.
Marta, de 24 años, combina un máster en marketing digital con prácticas en una agencia de comunicación. Para cubrir sus gastos tras mudarse a Madrid, trabaja 20 horas semanales en una tienda de moda, donde gana alrededor de 700 euros mensuales más comisiones. Entró a finales de octubre para el Black Friday y continuará hasta enero. Aunque su contrato fijo con periodo de prueba hasta febrero le genera incertidumbre, este empleo temporal le permite mantenerse en la capital mientras busca oportunidades en su área profesional.
Retos de los empleos de campaña
La temporalidad marca estos contratos, con duraciones que van de 20 días a tres meses. En 2023, el 70 % de los nuevos puestos en el comercio mayorista fueron fijos-discontinuos, mientras que en el minorista el 83 % fueron temporales. Además, el 81 % se realizaron a tiempo parcial, según un estudio de CC.OO.
Los jóvenes, principalmente estudiantes, suelen ser los principales candidatos para estos puestos, dada su flexibilidad horaria. Sin embargo, estos empleos también enfrentan desafíos como la falta de formación, la sobrecarga laboral y los horarios cambiantes.
"El estrés puede ser significativo, especialmente cuando no se capacita adecuadamente a los trabajadores", explica Ángeles Rodríguez, de la Federación de Servicios de CC.OO, respecto al empleo temporal.
El sector de alimentación también experimenta un pico de actividad durante estas fechas, con un incremento del 30 % en las compras navideñas. Sin embargo, según CC.OO., este sector enfrenta problemas estructurales, como salarios bajos y plantillas insuficientes, lo que agrava la carga de trabajo en temporadas altas.
Reflexión sobre las condiciones laborales
Aunque el empleo temporal o de campaña son un salvavidas para muchos, la precariedad sigue siendo un problema recurrente. Desde despidos al final del periodo de prueba hasta la insuficiencia de personal, las empresas deben mejorar la calidad y organización del trabajo. Rodríguez también invita a cuestionar el modelo actual de consumo y horarios comerciales, abogando por una racionalización que beneficie tanto a las empresas como a los trabajadores.
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