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Algunos envases de bricks han llevado un rastreador GPS para evaluar el procedimiento de reciclaje de dichos materiales. El estudio realizado por la OCU, reveló que de 30 de ellos se perdió el rastro y de los 13 restantes solamente llego 1 a la planta de reciclado.
La investigación tuvo como objetivo examinar si se han cumplido de manera correcta los procesos de reciclado. Con el seguimiento por chips y la consulta a las instituciones locales, 43 bricks portaron GPS en su interior.
Los envases que llevaron chips fueron de diferentes municipios de España
El caso es que 30 de esos envases ya no dieron señal. Los otros 8 llegaron a un vertedero del que no se tiene constancia si llegaron o no a clasificarse en la planta municipal.
Otros 4 acabaron en plantas de reciclado de Alcalá de Guadaria, en Sevilla, aunque esa no se encuentra dentro de los destinos posibles, pero los materiales podían ser tratados allí.
Según el seguimiento de esos 4 envases, se conoció que estos habían sido tirados en basuras de El Prat y Hospitalet de Llobregat, en Barcelona.
Recorrieron casi 1.000 kilómetros de distancia cuando podrían haber sido tratados en una planta de reciclado más cercana, como la de Zaragoza.
Tan solo uno de los envases acabó en una planta autorizada de la empresa Saica, la cual recupera solamente la parte de cartón del brick. Este fue depositado en un contenedor de Colmenar Viejo, en Madrid.
"Existen pocas plantas autorizadas en España: según nuestros datos, todos los briks que depositamos, excepto uno, tenían que haber ido a parar a una planta de la empresa Saica en Zaragoza. Esto obliga a largos desplazamientos para poder trasladar los residuos hasta ellas, lo que es costoso y poco sostenible", señalaba la OCU.
Desde la OCU ponen en duda en su investigación los datos oficiales compartidos y pide al Ministerio de Transición Ecológica que "que audite y exija a las administraciones autonómicas que controlen de forma efectiva los procesos de reciclado, sobre todo de la parte final".
Esa parte final hace referencia a la responsabilidad compartida de las plantas de reciclado y los sistemas colectivos de gestión, como es el caso de Ecoembes con los bricks.
La OCU pone también de manifiesto que el tratamiento de estos productos está "financiado indirectamente por los consumidores cada vez que adquieren un producto envasado y que se identifica con un logotipo especial en el etiquetado: el Punto Verde"
Por eso, exigen a Ecoembes "total transparencia sobre el destino del dinero que los consumidores pagan por el reciclado de los envases".
La OCU también demanda una mejora de la calidad del reciclado
La OCU pide "mejorar la calidad del reciclado, ya que solo se trata el cartón, un 75% del material", cuando también es posible recuperar el plástico y el aluminio, algo por lo que no se "ha apostado".
Desde la organización creen necesario ubicar en una zona óptima las plantas de reciclado "para su rentabilidad económica, social y ambiental, recortando los traslado".
La OCU ha iniciado una campaña #cambiatealverde, que tiene como objetivo "proporcionar a los consumidores herramientas para tomas decisiones de consumo sostenibles entre las que se encuentran el fomento del reciclaje de los residuos a través de la mejora de la información y la eficacia de los procedimientos".
Desde la organización con respecto al reciclado de los envases, defendieron la necesidad de mantener informados a los ciudadanos sobre el tratamiento que se les da, a través de webs municipales u otras herramientas.
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