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Tratar la situación de Israel en el mundo es por si mismo una enorme complicación. No podemos hablar de este Estado sin hablar de Palestina o la guerra en la Franja de Gaza, donde los bombardeos no han cesado y las cifras de civiles muertos no hacen más que incrementar. Desde el organizado y potente ataque del grupo paramilitar Hamás contra algunos puntos claves de los israelís, estos han declarado una guerra que promete ser diferente a las demás.
Una de las principales diferencias de esta guerra con respecto a anteriores enfrentamientos, una constante en esta zona debido a las características en las que el Estado de Israel se ha creado, es la del tiempo de duración. Las continuas disputas, atentados, lanzamientos de misiles o incluso guerras con países del entorno, es su duración en el tiempo, ya que en anteriores ocasiones han sido procesos más cortos en el tiempo, lo que de alguna forma a permitido un relativo desarrollo económico.
La economía de Israel, emergente y en desarrollo
Israel ha contado con un gran apoyo por parte de Estados Unidos, no solo en el plano militar, sino también en el del desarrollo económico. La economía israelí se encuentra en una situación complicada, como la gran parte de economías, principalmente debilitada por la pandemia, la inflación y la generalizada subida de los tipos de interés para controlar a esta última. Todo esto hace que el país no se encuentre en el mejor momento para hacer frente a una guerra larga, y menos aún de desgaste.
La economía israelí se basa en varios pilares entre los que se encuentra el sector industrial, el tecnológico, el turístico y la fortaleza de su moneda, el Shekel. Este último ha sufrido los embates de las subidas del tipo de interés a nivel global, pero también ha mostrado una dura caída desde el que conflicto inició. En cuanto al resto de sectores, es fácil adivinar que el turismo también ha sufrido un importante golpe debido a la guerra, y si esta se extiende, el daño será mayor.
Pero en el ámbito del sector secundario y la tecnología la cosa tampoco pinta especialmente mejor. Esto se debe a que la posible intervención de países terceros, aunque fuera de forma pasiva, concretamente de países como Irán, podría suponer una importante dificultad en los mercados internacionales y de inversión, ya que esto podría generar otra subida en los precios de los hidrocarburos, así como una mayor inseguridad con respecto a invertir en Israel, debilitando así su economía.
Un futuro incierto
Con el conflicto entre Israel y Palestina no hay nada escrito, aunque las tendencias apunten a que finalmente el Estado israelí se haga con todo el territorio expulsando al pueblo palestino de esas tierras. Al menos esa es la estrategia que parece estar mostrando con respecto a la Franja de Gaza, donde ha atacado implacablemente, matando a miles de civiles. ¿Compensará el territorio ganado al impacto económico que puede traer consigo?
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