Permitido estar triste

No estaríamos haciendo bien las cosas si en estos momentos y tras cuatro semanas de confinamiento, estuviésemos viviendo un momento de euforia.

Menos los que tienen "la oportunidad" de salir a trabajar, son muchas personas, millones de ellas, que llevan casi un mes de confinamiento, la mayoría viviendo situaciones que ni en el peor de los escenarios nos habríamos imaginado.

Esto no es una crisis económica, es una crisis sanitaria. En la crisis económica de 2008 no tuvimos que estar encerrados en nuestras casas durante meses, en este caso sí.

Nos estamos enfrentando a muchas cosas que son desconocidas, y eso nos provoca incertidumbre.

La incertidumbre nos provoca miedo y ansiedad, y esto nos genera tristeza

Tenemos que normalizar este proceso, y entenderlo, saber que lo que nos pasa ahora es normal, y que pasará, y que volveremos a la normalidad, poco a poco, todo poco a poco.

El encierro fue de un día para otro, llevamos cuatro semanas intentando adaptarnos. Hemos pasado por diferentes estados de ánimo, pero ahora es importante y será importante en el siguiente mes, que entendamos en el momento en el que estamos.

Es importante que entendamos a tristeza que tenemos dentro, y luchemos contra ella, buscando objetivos y motivaciones en el futuro. Pensando en que cuando termine esto, qué es lo que vamos a hacer, y cómo lo vamos a hacer.

El día a día, lo tenemos que pasar con una planificación desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, no podemos permitirnos dejar pasar un rato de "ahora que hago" para caer en el aburrimiento. Debemos organizarnos el día, como nunca lo habíamos hecho, porque eso nos ayuda a estar estables, a anular incertidumbre, a saber qué es lo que va a pasar en cada momento.

Si no organizamos nuestro día, unimos la incertidumbre que hay en el exterior, a la de nuestro interior, y la suma es nefasta.

Debemos entender o tratar de entender lo que estamos viviendo, en qué momento estamos, que la información que nos llega, por muy fiel que sea, es de incertidumbre, porque nadie sabe qué es lo que va a pasar en los próximos meses.

Y eso nos envuelve en un halo de tristeza.

Debemos saber manejar este estado

Que esta tristeza, no debe ser incompatible con el esfuerzo, con el trabajo, con la lucha, por superar esta situación, con motivarnos y ayudar a que otros estén motivados.

Abramos la puerta a estar tristes. Ahora más que nunca es nuestro derecho, es un privilegio poder abrir las ventanas y gritar, ¡sí, estoy triste! porque es lo normal.

Que la tristeza sea nuestra mayor arma para encontrar la felicidad.

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