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Con la llegada del verano, son muchas las personas que aprovechan el sol y el agua salada para curar heridas, acné e incluso estrías. Sin embargo, es importante tener en cuenta cómo debemos tratarlas en verano, ya que no es algo realmente beneficioso para nuestra piel. Veamos de qué se trata.
¿Qué son las estrías?
Antes de meternos en profundidad con el verano y las altas temperaturas, es importante saber con exactitud cómo tratar nuestra piel dependiendo de los cambios de nuestro cuerpo. Uno de estos cambios son las estrías, esas líneas de color, moradas, rosas o blanquecinas que se forman en la piel cuando el tejido de la mismas se rompe. La principal causa de dicho estiramiento se debe a los cambios experimentados en el cuerpo tras cambios bruscos de peso.
Como hemos mencionado, existen distintos tipos: las rosadas y las blanquecinas. Aquellas que tienen un color más tirando a morado suelen ser la que se encuentran en la primera fase y, por tanto, donde aún existe circulación sanguínea. En el caso del color blanco, hablamos de la segunda fase, donde se convierte en cicatriz y el tejido se rompe por completo. Aquí no existe flujo sanguíneo.
En cuanto a las partes más comunes a la hora de ver estas rayitas son: los muslos, el abdomen, los glúteos, el pecho y la cadera.
Para muchas personas, sobre todo las mujeres, el hecho de tener estrías es algo “vergonzoso” o incómodo. Sin embargo, se trata de un cambio en el cuerpo de lo más normal, sin ningún tipo de peligro y con numerosas opciones beneficiosas para tratarlas. De hecho, hay gente que recurre al sol para tratarlas, algo que en exceso puede resultar un grave error.
¿Qué ocurre con la exposición al sol?
El gran mito de que tomar el sol te ayuda a disimular e incluso a tratar las estrías es un falso. Los expertos señalan que el sol puede dañar nuestra zona de la piel afectada por dicha “cicatriz”, al igual que puede ocurrir tras hacernos una herida y curar. Ante eso, recomiendan una serie de consejos para ayudar a cuidar nuestra piel de los rayos del sol.
Los expertos de hedonai, centros médicos de belleza, nos señalan los siguientes:
- Nada de sol sin protección. Al igual que en cualquier ocasión del verano, también es importante no exponer las estrías que todavía sean rojizas al sol. Aun así, si necesitas hacerlo, recuerda tomar protección para que se reduzcan las posibilidades de quemadura e irritación.
- La hidratación es de vital importancia. Las cremas hidratantes pueden ser tu gran aliado a la hora de reducir los síntomas, sobre todo las que están más recientes.
- Las blancas no se pigmentan. En el caso de las blancas, si te expones al sol, estas no se pigmentarán, lo que hará que haya más diferencia entre ellas y el color de tu piel.
- Una dieta rica en vitaminas. Otro aspecto importante es llevar una dieta rica en Vitaminas C, E, D, A y Zinc, así como consumir frutos secos.
Ahora que ya tienes una idea más amplia sobre cómo actuar ante el verano y los rayos de sol, solo queda coger el bikini, la crema e ir a la piscina o a la playa. ¿A qué esperas? ¡Que las estrías no te impidan disfrutar del sol y del verano!
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