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La temporada navideña está en todo su momento. Se trata de una época para pasar en familia, con los amigos, y en definitiva, con los más queridos. En consecuencia, tendemos a tener salir más de casa, a comer y beber fuera. Es la misma función de cada año, pero llena de excesos de lado a lado.
Si bien es cierto que esto no es igual para todos, por regla general las personas tendemos a saltarnos los hábitos recomendables en estos días señalados. Y claro, con tanta comida y bebida, sumado a la inactividad física, es inevitable terminar cogiendo algo de peso.
Pero más allá de las celebraciones y los convites, la Navidad es por excelencia el periodo de compras más importante del año. Con motivo de los regalos, se dispara la venta de ropa y de electrónica.
Esto ocurre en mayor medida porque los centros comerciales se ponen a punto para la festividad y todo se llena de promociones y carteles que llaman nuestra atención sin quererlo. Por ello, terminamos gastando más de la cuenta. Esta impulsividad conlleva unas consecuencias negativas a nivel físico, mental, emocional y económico.
¿Somos conscientes?
Los expertos aseguran que cuando nuestras conductas se descontrolan tendemos a adiciones con la comida y con las compras. Pero también con sustancias estupefacientes y el uso de las redes sociales. En resumen, no sabemos controlar nuestras emociones y lo canalizamos de esta manera. Claro está, se trata de conductas perjudiciales para la vida.
Y como decíamos antes, salimos a la calle y todo está preparado para la compra. Las tiendas nos seducen con sus escaparates para comprar. Para este tipo de personas hablamos de un época del año de alto riesgo. Y es que tanto las reuniones sociales, como las compras, son factores detonantes para tener una mayor exposición a los vicios.
Consejos para evitar los excesos
En relación a las adiciones, son progresivas y sus síntomas tienden a incrementarse. Las consecuencias son cada vez de mayor magnitud. Y no nos percatamos del problema hasta que ya es demasiado grande. Este tipo de conductas hacen a las personas dejar a un lado lo que de verdad importa por algo que no es saludable.
La comida
Durante las fiestas navideñas muchas personas caen en excesos casi sin poder controlarlo. En este sentido, los expertos recomiendan no descontrolar nuestra alimentación. La cruda realidad es que Navidad es sinónimo de calorías, azúcares, grasas, alcohol y otro tipo de productos refinados. Esto se suma a una actividad física reducida al mínimo, o al cero en la mayoría de casos.
Lo ideal es disfrutar de las fiestas sin caer en excesos, manteniendo la buena alimentación y el peso saludable. No significa pasar hambre, sino ser responsable y mantener siempre el control. A continuación enumeramos una serie de recomendaciones saludables libres de excesos.
- Desayunos saludables. Empiece bien el día con frutas frescas y panes integrales. No se salte ninguna comida, de lo contrario, llegará a la siguiente con más hambre y comerá más.
- No abandone el ejercicio físico. Haga sesiones cortas todos los días. Aproveche a realizar caminatas y subir escaleras.
- Elija entre una variedad de deliciosas frutas.
- Evite aperitivos antes de las comidas.
- No bebidas frías. Elija las bebidas calientes o a temperatura ambiente, ya que nos ayudan a mejorar la digestión. Las bebidas frías dan pesadez.
- Si prefiere una bebida alcohólica, que esta sea el vino, pues contiene menos cantidad de calorías.
- Beba agua para hidratarse, así como para eliminar toxinas del organismo.
- Planifique un menú equilibrado con poca grasa. De preferencia, que este sea algún tipo de ave. Que su mayor guarnición sean verduras horneadas o al vapor.
- Sea selectivo entre los alimentos que tiene en casa. Pruebe de todo pero en pocas porciones para contar con un balance
Alcohol
Es posible reconocer que existe un problema con el alcohol cuando se dan consecuencias como situaciones problemáticas con otras personas, hechos de tránsito, fiestas prolongadas y el descuido del trabajo a raíz del consumo.
Del mismo modo, esto provoca daños a nivel físico, emocional y mental en el consumidor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “quienes beben grandes cantidades de alcohol a lo largo de los años pueden contraer enfermedades crónicas, aumenta el riesgo de padecer afecciones agudas, tales como las lesiones, y en particular las provocadas por accidentes de tránsito”.
Hay que recordar que también hay consecuencias económicas, ya que se destinan los fondos para las fiestas y no para cubrir necesidades que deberían tener prioridad.
Un consejo para que el alcohol afecte menos es tener siempre el estómago lleno, ya que beber sin haber comida antes es una temeridad que puede salir cara.
Exceso de compras
Conviene no dejarse llevar por los impulsos, como decíamos antes con el resto de cosas que nos provocan adición. Para evitar consecuencias negativas en el aspecto económico, hazte un presupuesto. Pon límites a tus previsiones de gasto para no llevara a pique tu economía.
A todo esto hay quienes tiran de tarjetas de crédito, endeudándose y complicando la cuesta de enero. Pero tú intenta no hacerlo porque después vas a tener que pagarlo de todas formas.
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