
Lectura fácil
Durante la presente temporada, la gripe aviar H5N1 ha alcanzado un nivel de propagación que no tiene precedentes en la historia reciente, generando alarma tanto en el ámbito sanitario como en el alimentario. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió el mes pasado sobre la gravedad de esta situación, resaltando el alcance global del brote y el impacto devastador que está teniendo no solo en las aves, sino también en especies de mamíferos, algo que preocupa especialmente a la comunidad científica.
El virus, que ya ha causado la muerte de cientos de millones de aves a nivel mundial, se está extendiendo con una rapidez y una amplitud que nunca antes se habían registrado. Esta expansión no solo pone en jaque los ecosistemas, sino también los sistemas productivos y económicos relacionados con la cría de aves.
Riesgos alimentarios a escala mundial por la gripe aviar
El director general adjunto de la FAO, Godfrey Magwenzi, fue claro al señalar las implicaciones alimentarias de esta crisis de la gripe aviar: “Estamos ante una situación sin precedentes que afecta directamente la seguridad alimentaria y el acceso a nutrientes en numerosos países”. Entre las consecuencias más preocupantes se encuentran la pérdida de fuentes clave de proteínas, empleos rurales, ingresos familiares y estabilidad en las economías locales, así como un aumento considerable en los precios para los consumidores.
Un ejemplo palpable de este impacto se ha visto en Estados Unidos, donde los precios de los huevos llegaron a máximos históricos en febrero. Según la FAO, el país tuvo que sacrificar aproximadamente 166 millones de aves, especialmente gallinas ponedoras, como medida de contención del virus. A nivel global, el organismo ha identificado que al menos 300 especies de aves silvestres han sido afectadas desde el año 2021, lo que representa una seria amenaza para la biodiversidad mundial.
Del reino animal al humano: un salto preocupante
Uno de los aspectos más inquietantes de esta expansión de la gripe aviar es su creciente presencia en mamíferos. Esta transmisión inter-especies sugiere que el virus está acumulando mutaciones que podrían permitirle adaptarse mejor al ser humano, lo que incrementa el riesgo de una posible pandemia.
El virólogo Pierre Bessière, de la Escuela Nacional Veterinaria de Toulouse, explicó al medio especializado Medscape que en Estados Unidos ya se han detectado casos en mamíferos como el ganado. “El virus está encontrando condiciones que favorecen su mutación y adaptación, lo cual puede hacerlo más riesgoso para los humanos”, advirtió.
Aunque las cepas actuales de la gripe aviar no están bien adaptadas al ser humano y, por lo general, causan síntomas leves —como conjuntivitis, fiebre o tos—, ya se han producido casos graves. En Louisiana (EE. UU.), se confirmó la primera muerte humana por esta gripe, mientras que en Canadá una niña infectada por la variante D1.1 fue hospitalizada en estado crítico durante dos meses.
El potencial pandémico del H5N1
Bessière recordó que los virus de gripe aviar ya han estado detrás de cuatro pandemias desde 1918. Según el experto, el virus H5N1 actual posee “todas las herramientas” necesarias para adquirir una capacidad pandémica. El caso canadiense mostró mutaciones con ese potencial, aunque afortunadamente no se produjeron transmisiones posteriores gracias al tratamiento temprano de la paciente.
“El verdadero peligro está en que se produzcan transmisiones de humano a humano. Eso es lo que podría desencadenar una nueva pandemia mundial”, subrayó el virólogo.
La necesidad de una respuesta coordinada
Ante este panorama, los expertos coinciden en que es imprescindible actuar de manera preventiva. Esto implica no solo reforzar los controles en la industria avícola, sino también invertir en vigilancia epidemiológica, investigación científica y planes de contingencia para contener brotes en humanos si llegan a ocurrir.
La crisis actual con la gripe aviar no solo es un problema sanitario o veterinario: es una amenaza transversal que involucra la alimentación, la economía, la biodiversidad y la salud pública global. Como han demostrado pandemias anteriores, una respuesta lenta o fragmentada podría tener consecuencias catastróficas. Por ello, la comunidad internacional se encuentra en estado de alerta, intentando evitar que el H5N1 se convierta en el origen de la próxima gran crisis sanitaria.
Añadir nuevo comentario