Lectura fácil
La temporada de gripe en el hemisferio norte siempre es un misterio, pero los epidemiólogos han encontrado una fuente de pistas invaluables en el invierno austral, que se desarrolla entre finales de junio y septiembre.
¿Qué nos dice Australia sobre la gripe?
Australia, con su invierno austral, se ha convertido en un referente clave para el hemisferio norte. Los informes del Departamento de Salud y Cuidado de Mayores del Gobierno australiano han revelado datos interesantes. Las notificaciones de gripe confirmadas por laboratorio aumentaron en comparación con la media de los últimos cinco años, excluyendo 2020 y 2021 debido a su singularidad.
La temporada pasada, la gripe alcanzó su punto máximo a principios de junio, mucho antes que en años anteriores, y luego comenzó a disminuir, en contraposición a las tendencias históricas de aumento. Es relevante destacar que las tasas de notificación fueron más altas entre los grupos de 0 a 14 años, con un enfoque especial en los niños de 5 a 9 años.
Comportamiento del virus: una perspectiva inusual
Un aspecto alentador fue que, a pesar del aumento en los casos, la gravedad de la infección se mantuvo baja. Además, la composición de la vacuna antigripal de la temporada coincidió en gran medida con las cepas circulantes, lo que aumenta la efectividad potencial de la vacuna.
En resumen, observamos altas tasas de contagio, un pico temprano en la temporada, una menor virulencia y ninguna sorpresa significativa en las cepas circulantes.
Predicciones para la temporada de contagios en España
Entonces, ¿significa esto que la temporada de gripe en España será similar, con un pico temprano, baja virulencia y las mismas cepas? No tan rápido. La Dra. Ángela Domínguez, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Barcelona y portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología, advierte para El Español, que la gripe es impredecible. Este virus muta con frecuencia, y la composición de la vacuna debe ajustarse a las cepas circulantes, lo que hace que las predicciones sean inciertas.
Pese a esto, se ha observado una reciente reinstauración de la estacionalidad de este virus en España, con un inicio hacia finales de año y una actividad máxima entre enero y febrero. La duración de la actividad gripal también ha sido más prolongada en comparación con años anteriores, lo que es importante tener en cuenta.
La dinámica de las cepas y la vacuna
Una parte esencial de la vigilancia del virus es comprender la proporción de virus circulantes. En los casos confirmados por laboratorio en Australia, aproximadamente el 58 % fueron de tipo A. Sin embargo, es importante notar que la efectividad de la vacuna puede variar; tradicionalmente se sitúa en torno al 50 %, pero ha sido mucho más baja en algunas ocasiones.
Un cambio clave en la gestión de las enfermedades respiratorias esta temporada es el enfoque europeo que considera estas enfermedades en conjunto. Esto ha llevado a la expansión de la vacunación antigripal a nuevos grupos, como niños de entre 6 y 59 meses, fumadores y otros. Además, se presta atención a la inmunización contra el virus respiratorio sincitial (VRS) y la continua vigilancia de la COVID-19.
Interacción de enfermedades respiratorias y coinfecciones
Después de la agitación causada por la pandemia, los virus han encontrado su espacio sin superponerse. Sorprendentemente, ha habido más coinfecciones de la gripe (tipos A y B) que con el SARS-CoV-2.
En el último año y medio, la COVID-19 ha seguido patrones similares a la gripe y al VRS. Se ha observado una secuencia lógica que implica el SARS-CoV-2 a finales del verano, seguido del VRS a principios de otoño, la A, B en invierno y, finalmente, otra ola de SARS-CoV-2. Esta dinámica es, en gran medida, predecible.
La vuelta a la normalidad y la posible inmunidad cruzada han estabilizado la competencia entre los virus. El SARS-CoV-2 se está volviendo más similar a los coronavirus respiratorios convencionales, que históricamente causaban poca patología. La gripe, siendo un virus más variable, parece estar recuperando su predominio.
La importancia de la vacunación
A pesar de esta posible mejora en el control de la gripe, es fundamental enfatizar la importancia de vacunarse contra la gripe y la COVID-19. Esto no solo protege a nivel individual, sino también a nivel comunitario. La combinación de estas dos vacunas es una estrategia eficaz para enfrentar la incertidumbre de la temporada y las complejidades de las enfermedades respiratorias en general.
Añadir nuevo comentario