Una encuesta realizada por Red Penssan ha concluido que ya son 33 millones de brasileños los que se encuentran en situación de pobreza y hambre, una cifra que ha aumentado en más de 14 millones en un año.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios advirtió de la situación a la que se enfrenta la región de Sahel, la cual está más cerca de vivir una el hambre y la pobreza extrema.
La ansiedad y el estrés provocan desequilibrios en nuestra alimentación, como el hambre emocional, el sentir que queremos comer cuando no tenemos hambre.
No puede ser que haya hambre en el mundo. Los alimentos deshidratados duran más de seis meses y algunos se pueden almacenar hasta por varios años. No caducan, por eso son perfectos ante el desperdicio alimentario.