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El último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en España muestra que el 44,1 % de los hombres creen que se ha avanzado tanto en la igualdad que ahora hay discriminación hacia ellos. Además, casi la mitad de los encuestados admiten haber escuchado comentarios sexistas en el último año. Los datos indican que son las mujeres las que continúan.
Un estudio revela que muchos hombres apoyan el avance hacia la igualdad de género
El reciente estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en España arroja luz sobre las percepciones acerca de la igualdad entre hombres y mujeres. Revela que el 44,1 % de los hombres sienten que el avance en la promoción de la igualdad de género ha llevado a discriminación contra ellos.
Estas opiniones reflejan el conocimiento limitado sobre la perspectiva de género. La educación en igualdad de género ha ganado terreno en los planes de estudio, pero ¿los docentes tienen las competencias necesarias para integrar? ¿Cómo la valoran los estudiantes?
Cristina Miralles Cardona, doctora en Estudios Interdisciplinares de Género, aborda estas preguntas en su tesis. Su investigación, merecedora del premio Cecilia Castaño 2023 de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), se centra en la incorporación de la perspectiva de género en la docencia para alcanzar la igualdad de género.
Su interés surge de la observación en cuanto a las disparidades de género y la falta de atención a estos temas en su experiencia en Estados Unidos.
Incorporar la competencia de género en los estudiantes es importante
El hecho de incorporar la competencia de género en los estudiantes, tanto en los jóvenes como en aquellos que cursan estudios universitarios, es de suma importancia. Sensibilizarlos y hacerlos conscientes de las desigualdades y las distintas formas de violencia es fundamental.
Por otro lado, desarrollar competencias socioemocionales y de género adecuadas es clave para su empoderamiento y para que puedan enfrentar y desmontar las barreras creadas por estereotipos, normas y roles sociales vinculados al género.
Asimismo, preparar a la juventud para que sea crítica con los estereotipos y las desigualdades es una obligación educativa. Tendu Yogurtcu, miembro del Consejo de Tecnología de Forbes, afirma que "no podemos lograr la igualdad de género sin educación". Es esencial reconocer las brechas en la igualdad de oportunidades educativas para todos los géneros o grupos.
En cuanto a la percepción de los estudiantes sobre la formación en igualdad de género, muchos tienen una idea distorsionada de la igualdad, lo que condiciona su pensamiento sobre la importancia de dicha formación. Aunque la valoren, creen que no la necesitan porque asumen que la igualdad entre hombres y mujeres ya existe. Es necesario combatir esta idea a través de la educación y concienciar sobre las desigualdades y sus consecuencias antes de trabajar en las competencias.
En relación con la edad y el género del estudiantado, las mujeres suelen ser más críticas y exigentes en cuanto al compromiso del centro con la política de igualdad y la necesidad de incluir el enfoque de género en su formación. Consideran que este enfoque debería ser obligatorio y transversal para combatir el sexismo.
¿Qué piensa el profesorado?
El profesorado muestra percepciones algo contradictorias respecto a la formación en igualdad de género. Reconocen la necesidad de capacitación para integrar la perspectiva de género en la enseñanza, pero también hay una cierta neutralidad e incluso resistencia hacia este enfoque.
El personal docente participante en el estudio señala que falta sensibilización sobre cuestiones de género, falta un plan de actuación claro y articulado con el Plan de igualdad institucional, y sienten que están poco preparados para incorporar un enfoque de género en la enseñanza. Esto subraya la necesidad de aumentar el compromiso institucional y las competencias del profesorado.
En cuanto a diferencias significativas según el género de los docentes o el nivel educativo en el que imparten clases, el estudio se realizó con un grupo reducido y equilibrado en cuanto al género. Aunque algunos impartían clases en máster y otros en grados, no todos tenían experiencia en docencia de género y su participación fue voluntaria.
A pesar de ello, no se observan grandes discrepancias de opinión entre ellos; más bien coincidían en la necesidad de mayor impacto en la enseñanza, la falta de asignaturas obligatorias sobre género en los planes de estudio y la ausencia de un plan de actuación claro en el centro.
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