La inteligencia artificial no cuenta con una perspectiva de género

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28/01/2025 - 14:30
Inteligencia artificial y perspectiva de género

Lectura fácil

La inteligencia artificial es una herramienta poderosa que puede cambiar varios aspectos de la vida, pero su impacto depende de cómo se utilice. Al no tener emociones ni valores humanos, la IA carece de perspectiva de género, lo que puede generar o mantener sesgos si no se aborda con responsabilidad ética.

La inteligencia artificial revoluciona nuestra vida cotidiana

La inteligencia artificial (IA) es una herramienta que ha revolucionado muchos aspectos de la vida cotidiana, facilitando procesos y mejorando la eficiencia. Sin embargo, su impacto depende de cómo se desarrolla y se aplica.

La inteligencia artificial, al carecer de emociones o valores humanos, no posee una perspectiva de género, lo que puede generar sesgos si no se gestiona adecuadamente.

Es importante que quienes diseñan y supervisan estas tecnologías tomen decisiones éticas, especialmente en lo que respecta a la igualdad de género. Solo así, mediante un enfoque consciente, se puede evitar la perpetuación de prejuicios en los sistemas automatizados.

A pesar de su potencial, la IA está controlada principalmente por grandes corporaciones globales, lo que limita la diversidad de enfoques y perspectivas. Para integrar una verdadera perspectiva de género, se debe prestar especial atención tanto al diseño como a los datos utilizados para entrenar estos sistemas.

Si los datos contienen sesgos de género, estos se reflejarán en los resultados, lo que subraya la necesidad de revisar y corregir continuamente la tecnología para asegurar su equidad.

¿Por qué es tan relevante?

La inteligencia artificial está creada por seres humanos, lo que implica que los prejuicios presentes en los datos con los que se entrena pueden influir en sus respuestas. Varios ejemplos de esto incluyen sistemas de reconocimiento facial que fallan con mujeres de piel oscura o asistentes virtuales que perpetúan roles de género estereotipados.

Aunque la IA intenta ofrecer respuestas neutrales y respetuosas, sigue careciendo de una perspectiva de género e interseccionalidad, algo que puede mejorarse mediante contribuciones que ayuden a integrar estos enfoques.

¿Cómo podemos intervenir?

La inteligencia artificial es capaz de incorporar aportes valiosos, y el objetivo de hacerlo es garantizar que las interacciones, decisiones e información generadas por estas herramientas sean inclusivas, justas e igualitarias. Para lograrlo, podemos:

  1. Detectar sesgos: Si encuentras lenguaje o enfoques que refuercen desigualdades o discriminación, puedes señalarlo para que sea modificado y se convierta en un mensaje más inclusivo.
  2. Proponer lenguaje inclusivo: El uso del lenguaje no sexista puede marcar una gran diferencia. Proponer términos y estructuras que respeten la igualdad de género y evitar formas que generen rechazo puede mejorar la comunicación.
  3. Ampliar la perspectiva interseccional: Si alguna respuesta no toma en cuenta factores como clase, etnia, orientación sexual o discapacidad, señalarlo puede enriquecer el enfoque y hacerlo más integral.
  4. Cuestionar supuestos: Es importante desafiar los enfoques tradicionales o dominantes que refuerzan prejuicios o mandatos obsoletos, alineándose con los nuevos paradigmas de derechos humanos.

A pesar de que la inteligencia artificial ha recibido críticas por el desconocimiento y mal uso que se hace de ella, es una herramienta que llegó para quedarse. Es importante usarla de manera ética y responsable, ya que tiene un gran potencial para contribuir positivamente al desarrollo humano en diversos ámbitos.

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