Cómo administrar una inyección subcutánea paso a paso

¿Quién me iba a decir que podría pincharme yo misma la medicación para la estimulación ovárica? Las inyecciones que se usan en reproducción asistida se administran por vía subcutánea, son muy sencillas y sin apenas molestias ni riesgos, pero siempre quedan dudas o miedos sin resolver ante este tipo de pinchazos.

Al ser en el abdomen, te puedes pinchar tú misma u otra persona cercana a ti y una inyección subcutánea siempre tiene la ventaja de que te permitirá mantener tu independencia, sin tener que acudir a un centro de salud o requerir de la ayuda de personal sanitario. Esto hace que puedas ponerte la medicación pudiendo así continuar con tu vida diaria.

Pero, ¿qué es una inyección subcutánea?

Existen varios tipos de inyecciones y entre ellas están las inyecciones subcutáneas. Se trata de una forma de administrar medicamentos utilizando una aguja que debe penetrar entre la capa de grasa que hay debajo de la piel antes de llegar al músculo.

Este tipo de inyecciones hacen posible que algunos pacientes puedan recibir el medicamento que necesitan poniéndose la inyección subcutánea ellos mismos en casa. Sin embargo, hay que tener algunas medidas de precaución para que este procedimiento sea todo lo seguro que debería. 

Medicamentos típicos para administración subcutánea

La web enfermerapediatricasevilla.es nos explica a la perfección, qué tipo de medicamentos se administran con una inyección subcutánea:

• Insulina para diabéticos
• Anticoagulantes
• Fármacos para la reproducción
• Tratamiento para enfermedades reumatoides
• Vacunas del calendario para niños
• Vacunas para la alergia

Pasos para poner una inyección subcutánea

La Guía para la Administración Segura de Medicamentos del Servicio Andaluz de Salud señala una serie de consideraciones básicas a la hora de administrar un medicamento por vía parenteral (inyecciones) como son:

• Seleccionar cuidadosamente el punto de punción, no elegir nunca zonas inflamadas, con lesiones o con presencia de vello.
• Comprobar que la aguja es la adecuada y establecer un plan rotatorio de puntos donde se colocará la aguja en caso de inyecciones repetidas, para no recurrir siempre al mismo lugar.

Vamos al lío

Lo primero que hay que hacer para ponerse una inyección subcutánea es lavarse las manos con jabón antiséptico. Si no se cuenta con este recurso, un gel hidroalcohólico (que hoy en día todos tenemos al alcance de la mano) será suficiente para aplicar la inyección con total seguridad.

Después, debe prepararse la inyección subcutánea y tener en cuenta la dosis indicada por el médico. Cuando esté todo listo, un algodón empapado en alcohol servirá para limpiar la zona en la que se realizará la inyección. Debe ser en el abdomen, la parte superior del brazo o del muslo. Previamente, conviene pellizcar la piel un poco para introducir la aguja entre la grasa y el músculo.

La aguja y la jeringuilla deben estar ligeramente inclinadas (45º) y tendrás que mantener el pliegue de piel levantado mientras presionas el émbolo e introduces el medicamento, lentamente y con decisión.

Tras haber puesto la inyección, es importante utilizar una gasa o un apósito pequeño para cubrir la zona en la que se ha realizado el pinchazo. En ocasiones, puede llegar a sangrar un poco.

No presiones la zona ni la masajees, no es necesario y solo conseguirás que salga un hematoma.

Después de esto, siempre hay que desechar la aguja y la jeringa en un contenedor adecuado para ello que hay en las farmacias.