La crisis con Marruecos probablemente suceda de nuevo

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11/06/2021 - 14:00
Pedro Sánchez dando una declaración. Foto de Servimedia

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España está viviendo con Marruecos posiblemente su peor crisis diplomática de la historia reciente. La acogida del líder del Frente Polisario, la posición sobre el Sáhara o las malas relaciones que se dan actualmente entre gobiernos mantienen vivo el incendio no solo a la larga, sino incluso a corto plazo. Moncloa puede intentar calmar las aguas, algo que por ahora no ha conseguido. A esto hay que sumarle la incómoda posición de la U.E., en donde aun no hay acuerdo para la gestión migratoria.

Malas relaciones por años entre los gobiernos sumado a la última crisis y la falta de una política migratoria común de la U.E. hacen pensar que la crisis con Marruecos se va a repetir.

La situación de Brahim Ghali

La acción que detonó todo. El pasado 18 de abril se hizo público de que Brahim Ghali, líder del Frente Polisario y considerado como "el mayor enemigo" de Marruecos había ingresado con Covid en Logroño bajo una identidad falsa.

Marruecos replicó abriendo las puertas para que llegasen más de 7.000 inmigrantes a las costas de Ceuta. Desde entonces, aunque el flujo de personas se ha calmado, la tensión sigue latente.

No hay relación política

Dicha crisis ha terminado de darle la estocada final a una relación que ya tenía varias heridas, los gobiernos son como el agua y el aceite. Pedro Sánchez decidió no cumplir con la tradición no escrita de visitar el país fronterizo en su primer viaje como presidente, algo que si cumplieron los dos presidentes previos. Eso ya empezó a arder en Marruecos, la situación empeoró tras el reconocimiento del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de la soberanía marroquí sobre el Sáhara.

En enero de 2020 el Parlamento marroquí ya había puesto a prueba a España por el tema de la pesca. Aprobó dos leyes para declarar su soberanía sobre las aguas del Sáhara Occidental y extendió su demarcación oceánica relativamente cerca de las Islas Canarias.

Es una crisis diplomática que ha explotado por el tema del líder del Frente Polisario, pero viene cocinándose desde hace unas temporadas. Las relaciones entre países se han quemado en los últimos años y ahora España está recibiendo el desastre mientras Marruecos ejerce presión a partir de un instrumento que conoce bien y es uno de los temas en los que tiene la carta alta sobre España: la gestión migratoria.

El "chantaje"

Pedro Sánchez replicó a Marruecos diciendo que "No es aceptable que se ataquen fronteras por discrepancias en política exterior".

Con dicha sentencia se puede palpar el sentir del Gobierno declarando que el país vecino decidió "atacar" y lo hizo haciendo uso de la inmigración como chantaje, en este tema Marruecos domina, es su Gobierno quién decide si cumple o no con su parte en la gestión de las migraciones, el detalle es que igual lo deciden en la lucha contra el terrorismo o contra el tráfico de drogas, temas mucho más delicados.

El problema de la U.E.

La Unión Europea no tiene competencias en política exterior, esto queda en sola responsabilidad de los 27 Estados miembros. Esto ha hecho que la U.E. haya tenido que externalizar la gestión de esas fronteras en terceros países. Turquía es Marruecos elevado a la potencia, con el país otomano se firmó en marzo de 2016 un acuerdo para manejar y tratar la llegada de refugiados.

Con este trato se pactó la facilitación del proceso de visados para ciudadanos turcos a cambio de que Turquía acogiera a los refugiados iban llegando, de tal manera que se bloqueara la entrada a Grecia. El acuerdo con Turquía redujo la llegada de migrantes a la U.E., pero demostró la dependencia de la U.E en el tema de la inmigración .

La política migratoria común, muy lejos

La solución más efectiva y a la vez menos viable sería que los Estados miembros alcanzaran un pacto común para tratar la inmigración, esa opción no se espera pronto por dos motivos principales: los Estados miembros que no son fronterizos no soportan presión migratoria y no se cuenta con una mayoría que es necesaria para la aprobación del acuerdo.

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