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Desde Aragón, unos investigadores han fabricado mascarillas quirúrgicas usando botellas, bolsas y otros residuos plásticos, sustituyendo el polipropileno.
De esta forma se ajustan a los principios de la economía circular, creando esta protección eficiente cuidando del medio ambiente y de nuestra salud.
El Gobierno de Aragón ha informado en una nota de prensa de que el equipo está integrado por miembros del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), del Instituto de Carboquímica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA) -entidad mixta del CSIC y de la Universidad de Zaragoza-.
Mascarillas sostenibles, seguras para todos
Este proyecto está centrado en fabricar mascarillas con desechos plásticos consiguiendo reducir el impacto medioambiental que están creando estos cubrebocas desde que irrumpió la pandemia.
Combinando diferentes tamaños de microfibra o nanofibra, se permite generar medios filtrantes de un amplio espectro de eficiencias, pasando por mascarillas quirúrgicas, hasta las FFP1, 2 Y 3.
El polipropileno obtenido por esta vía es igualmente hidrófobo, además puede reciclarse y re-electrohilarse. Surge del plástico desechado, por lo que es considerado más sostenible y respetuoso con el entorno.
Estas nuevas mascarillas constan de 3 capas:
- Dos externas, situadas en los lados interno y externo
- Un medio filtrante como capa intermedia
Los tejidos se producen con técnicas de electrohilado y presentan una eficiencia de retención superior al 98 % ante partículas entre 0,5 y 3 micras, y del 100 % para partículas de 3 micras y superiores.
Este tejido basado en PET, ha demostrado mejor comportamiento en la retención de partículas finas y gruesas.
Reducción de residuos con la reutilización de desechos plásticos
El Gobierno de Aragón ha precisado que estos materiales se han obtenido en las instalaciones y con los recursos del IIS Aragón, del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA) y del Instituto de Carboquímica del CSIC.
En concreto, el equipo que ha conseguido esta innovación está formado por Marta Baselga, del IIS Aragón, que ha sido la investigadora principal; por Santiago Jiménez, del Instituto de Carboquímica; y por Manuel Arruebo, Cristina Yus, Víctor Sebastián y Silvia Irusta, del INMA.
El Ejecutivo autonómico ha contado que si bien existe un amplio abanico de mascarillas con eficiencia variable, desde quirúrgicas e higiénicas hasta medias máscaras de protección filtrantes, la mayor parte de las comerciales basan su producción en polipropileno e, independientemente de su capacidad filtrante, se catalogan como no reutilizables. Asimismo, su vida útil es de entre cuatro y seis horas tras un uso continuado, en función de los fabricantes.
Las mascarillas actuales no son reutilizables, y según el INE, la población española utilizando dos al día, generan un residuo de 232 toneladas al día de polipropileno.
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