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La primera comunidad en pedir la retirada de las mascarillas de grafeno ha sido País Vasco. Algunos sindicatos profesionales de servicios esenciales como ertzainas (policía territorial), docentes y sanitarios. De hecho, el Servicio Vasco de Salud, Osakidetza, ha ordenado “el cese de su utilización y distribución”.
Las autoridades vascas han recibido una notificación del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria del Ministerio de Sanidad con relación a una alerta de las autoridades sanitarias de Canadá relativa a las mascarillas que contienen grafeno.
El Ministerio ha trasladado esta notificación a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para su valoración aunque de momento no se conoce un pronunciamiento de este organismo.
¿De qué tipo de mascarillas se trata?
Las mascarillas retiradas del mercado son la quirúrgica IIR, desechable de grafeno y biomasa, del fabricante Shandong Shengquan, distribuida por Amevisa S.A.U., y la FFP2 Healfiber. Además de haberlo hecho en el País Vasco, el CSIF de Madrid, Andalucía, Castilla – León lo han reclamado porque las mascarillas habrían sido distribuidas en numerosos servicios hospitalarios y de Atención Primaria de Ávila, León, Palencia, Segovia o Valladolid. Así como en País Vasco, Andalucía y en Madrid desde el pasado lunes.
¿Qué es el grafeno?
El grafeno es un material que es el mejor conductor de electricidad y calor que existe. El catedrático de la Universidad de Granada, Antonio Osuna, ha asegurado en 20 Minutos que “en Canadá han paralizado cautelarmente la distribución de las mascarillas porque los fabricantes implicados no usan “láminas superpuestas sino recortes (nanopartículas) que pueden ser potencialmente inhalados”. Osuna ha declarado que, en caso de haber inhalado grafeno lo más seguro es haberse inflamado: “la ciencia ha probado ya que inhaladas, las partículas de grafeno llegan a las partes bajas de los pulmones y, en altas concentraciones, pueden producir inflamación”.
Sin embargo, el uso de este material ligero y compacto en mascarillas contra la covid va en aumento. Varias marcas, incluida la que ha hecho saltar las alarmas, han sido aprobadas por la UE, donde cuatro ONG han pedido este mes a Ursula Von der Layen su retirada e investigación tras ver que la presidenta usaba una, informa Le Monde. Otros fabricantes tienen modelos en vías de ser aprobados por EE.UU. Lo que lleva a los expertos a reclamar a las autoridades pruebas no solo de su eficacia contra la Covid-19, sino también de su inocuidad.
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