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Ya está aquí el verano y , aunque nos guste más o menos, el sol nos acompaña durante más horas del día y nos incide en la piel. Tomar el sol es muy sano, ya que a través de el recibimos vitaminas esenciales como la B12 o la D. Sin embargo, también corremos riesgos si no lo hacemos con la protección necesaria o durante demasiado tiempo, ya que los rayos ultra pueden llegar a tener un impacto muy negativo en nuestra salud y en la piel, sobre todo si tomamos algunos medicamentos.
Aunque no lo creas, existen medicamentos que están totalmente contraindicados con tomar el sol, y no tienen porqué ser precisamente tratamientos que estén relacionados con la piel. En algunos casos, los fármacos pueden tener efectos secundarios que generar cierta vulnerabilidad en la piel, lo que nos expone a tener quemaduras por el sol más frecuentes, provocarnos algunas reacciones alérgicas u otras lesiones nada agradables.
Los medicamentos y el sol
Los medicamentos que pueden llegar a generarnos estas reacciones y lesiones, suelen ser bastante comunes en su uso. Desde el portal de noticias de salud 'Healthline', señalan cuatro grupos principales. El primero de ellos los antibióticos, concretamente la doxiciclina, la ciprofloxacina o la levaquina.
Estos fármacos son muy comunes en su consumo para tratar infecciones bacterianas, que pueden ir desde una otitis complicada hasta infecciones del tracto urinario, tan comunes en esta época, por el contacto con el agua y los cambios de temperatura.
Pero no es el único, también están los anticonceptivos orales, que tienen una base de estrógenos o progestina. Aunque sus efectos en nuestra piel son menores, también es importante tomarlos en cuenta. Finalmente, y quizá sea con los que más precauciones debamos tener, están los medicamentos dirigidos al tratamiento del acné resistente. Normalmente, estos fármacos, contienen derivados de la vitamina A, tales como la isotretinína o tretinoína.
Estas sustancias favorecen la regeneración de la capa externa de la piel, debilitándola, ya que va perdiendo su capa protectora para que surja otra nueva. En este proceso, somos altamente vulnerables de sufrir quemaduras que nos dejen marcas. Finalmente, están los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, utilizados en diversos tratamientos, desde el cáncer hasta enfermedades cardiovasculares. Provocan sensibilidad en la piel, por lo que es importante tomar mayores precausiones.
Efectos en nuestra piel y cómo protegernos
Los efectos más comunes suelen ser las manchas y quemaduras, que podrían llegar a ser bastante graves. Pero también podemos experimentar reacciones alérgicas, como sarpullidos, y alteraciones en la piel, como empezar a tener la capa de piel más fina y similares.
Para evitar que los medicamentos afecten a nuestra salud cutánea, lo primero es preguntar a nuestro médico sobre su compatibilidad con los baños de sol. Lo segundo y más importante, es aumentar el factor de protección de nuestra crema solar y no olvidarnos echarnos bien por todo el cuerpo. Finalmente, podemos usar gorras o sombreros, así como permanecer más tiempo en sombra que bajo el sol.
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