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Las redes sociales en Francia se han llenado de miles de testimonios de víctimas que sufrieron abusos sexuales por parte de familiares bajo el hashtag #MeTooInceste.
Miles y miles de personas están contando sus experiencias. Historias de abusos que han marcado su vida para siempre. Historias que ponen el foco en un tema tabú en todas las culturas y países.
Un nuevo #MeToo sobre el incesto rompe el silencio en Francia
El debate sobre el abuso sexual dentro del ámbito familiar está de máxima actualidad después de la creación del movimiento #MeTooInceste.
La jurista Camille Kouchner, hijastra del politólogo Olivier Duhamel, comenzó este movimiento al hacer público el abuso sexual de su hermano mellizo, Antoine, cuando tenía 14 años. Lo que hizo Kouchner fue revelar este abuso en su libro recién publicado, La familia grande. El éxito de esa obra ha provocado que muchas víctimas de incesto hayan volcado en las redes sus propios casos familiares bajo esa etiqueta.
Este caso que afecta a la "élite intelectual" parisina transcendió a todos los niveles. Camile recibió la respuesta de más de 80.000 tweets con testimonios de víctimas que sufrieron abusos en el seno de la familia.
El hashtag #MeTooInceste -que fue inspirado en el movimiento Me Too- fue iniciado por Nous Toutes, una organización que lucha contra la violencia sexual en Francia.
Uno de cada 10 franceses habría sido víctima de incesto
Según una encuesta de Ipsos publicada en noviembre de 2020, casi uno de cada diez franceses habría sido víctima de incesto. Esto equivaldría a 6,7 millones de personas en Francia, un 10 % de la población. Sin embargo, la legislación francesa es muy laxa con esta lacra.
Hasta ahora, la Justicia francesa veía el abuso sexual en el ámbito familiar como una "circunstancia agravante" cuando se trata de menores de 15 años, no como delito.
Pero el Senado, tras el debate generado por #MeTooInceste aprobó por unanimidad una proposición de ley para proteger a los menores de 13 años de los abusos sexuales, que fija la noción de consentimiento en mayores de dicha edad.
Sin embargo, a varias asociaciones les parece insuficiente esta medida y piden que “todo acto sexual incestuoso cometido sobre un menor debe ser calificado como delito incestuoso y sancionado por la ley". Así lo reclamó la Asociación Internacional de Víctimas del Incesto (Face à inceste). Mientras, otras asociaciones de protección infantil presionan para que se aumente a 15 años.
Y al igual que el movimiento #MeToo en el caso específico del productor de Hollywood, Harvey Weinstein —declarado culpable por violación—, #MeTooInceste logró mover al gobierno de Emmanuel Macron, que decidió escuchar los testimonios, las voces y las denuncias. Por su parte, ha garantizado que cambiará la ley para "proteger mejor a los niños víctimas de incesto y de violencia sexual". "Es un tema complejo", reconoció.
¿Qué pasa en España?
En España, por ejemplo, el incesto no está tipificado como delito, aunque no está permitido el matrimonio civil entre adultos con vínculo familiar hasta el tercer grado colateral: un tío o tía no puede casarse con su sobrino o sobrina.
Se trata de una legislación parecida a la que hay en la mayoría de los países europeos. Sin embargo, en España el Código Penal presume que el consentimiento de los menores de 16 años no es válido. Por tanto, cualquier adulto que tenga contacto sexual con un menor de 16 años es delito, según una reforma del 2015.
El abuso sexual que se produce entre personas del entorno familiar es lo más habitual en el abuso sexual
Varios expertos señalan que la mayor parte de abusos sexuales tienen un lugar en el entorno intrafamiliar.
En cuanto a las penas de cárcel por abusos sexuales, cuando se trata de personas de menos de 16 años son mucho más graves. Sin embargo, su gravedad depende también de las circunstancias.
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