La mitad de la población mundial podría tener miopía para 2050

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19/07/2024 - 08:00
Niño con miopía

Lectura fácil

En España, estudios recientes muestran que la miopía en niños de cinco a siete años ya afecta al 19 %, y se espera que para 2030 alcance el 30 %.

En varias escuelas de China, se han implementado medidas creativas para proteger la vista de los niños y prevenir la miopía. En algunas escuelas, los pupitres están equipados con barandillas que separan al niño de la mesa, manteniendo una distancia adecuada entre sus ojos y los libros. En otros colegios, los estudiantes llevan sombreros con una bola que se balancea sobre el borde; si la bola cae, significa que los niños han bajado demasiado la cabeza hacia el cuaderno.

Las innovadoras respuestas ante la epidemia de miopía global

Estas iniciativas pintorescas responden al aumento alarmante de la miopía, especialmente en países asiáticos y a nivel global, atribuido al uso excesivo de pantallas y la reducción de actividades al aire libre. Expertos advierten que si esta tendencia continúa, para el año 2050 la mitad de la población mundial podrían ser miopes.

Las autoridades educativas y los profesionales de la salud están trabajando en estrategias novedosas para proteger la vista de los jóvenes y fomentar hábitos saludables de estudio y recreación.

La enfermedad ocurre cuando el ojo crece más rápido de lo esperado

La miopía es una condición frecuente del sistema visual que se caracteriza por un agrandamiento del globo ocular. Según Silvia Alarcón, oftalmóloga pediátrica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, "esta enfermedad ocurre cuando el ojo crece más de lo esperado para su edad. La longitud axial, que es la distancia entre la córnea y la retina, se incrementa y el punto de enfoque se sitúa delante de la retina en lugar de sobre ella". En un ojo sano, la longitud axial típica es de aproximadamente 23 milímetros, pero en casos los miopes puede alcanzar entre 30 y 35 milímetros. Esta elongación ocular causa que los rayos de luz se refracten de manera incorrecta, resultando en una visión borrosa de los objetos distantes.

A partir de tres dioptrías, esta enfermedad puede dificultar la vida diaria sin corrección como gafas. En casos severos, con más de seis dioptrías hay mayor riesgo de problemas graves como cataratas, glaucoma, desprendimiento de retina y degeneración macular miópica. En 2010, la falta de visión no corregida era la principal causa de discapacidad visual lejana y la segunda causa de ceguera a nivel global.

El aumento alarmante de miopes no se limita al sudeste asiático. A principios del siglo XXI, 1.400 millones de personas tenían esta falta de visión, y se proyecta que para 2050 esta cifra llegará a 4.758 millones, casi la mitad de la población mundial. La prevalencia varía según las regiones: en el este de África será menos del 23 % a mediados de siglo, mientras que en los países de altos ingresos de Asia y el Pacífico, dos de cada tres personas podrían padecer esta enfermedad.

¿Cómo retrasar la progresión?

La miopía se detecta generalmente en la infancia y puede progresar hasta la edad adulta, aproximadamente a los 22 años. Los oftalmólogos observan un aumento en el diagnóstico a edades más tempranas, pero destacan que este período ofrece oportunidades para intervenciones efectivas, dado que el ojo aún está en desarrollo y es más maleable. Existen diversas estrategias para frenar su avance, como el uso de cristales que desenfocan la zona periférica de la retina, activando receptores que limitan el crecimiento ocular. Además, se emplean lentes de contacto y gafas que comprimen la córnea para reducir la elongación del ojo. Las gotas de atropina, aunque no están comercializadas, se utilizan en fórmulas especiales para inhibir la progresión al actuar sobre áreas específicas de la retina.

Aunque ninguna de estas opciones es curativa, ralentizar la progresión es crucial, especialmente durante la infancia. Aunque el ojo miope nunca recupera su estado normal, cualquier retraso en su desarrollo es beneficioso. Métodos como gafas, lentillas o cirugía correctiva mejoran la visión borrosa, pero no impiden el crecimiento ocular.

Además de los problemas de visión, preocupa a los especialistas el aumento de casos graves de miopía, que conllevan un mayor riesgo de desarrollar complicaciones ópticas serias. Las personas altamente miopes tienen un riesgo significativamente mayor de padecer desprendimiento de retina a lo largo de su vida, debido a la tensión extrema sobre la retina interna del ojo, que puede provocar agujeros y desprendimientos.

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