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Los trastornos mentales han soportado sobre sus hombros un pesado tabú a lo largo de la historia. Es en esta última época, en la que se habla sobre salud mental sin tapujos y alejada de la idea del encierro y los manicomios. Sin embargo, durante el XIX, el encierro no solo era lo habitual, sino que apenas se tenían conocimientos sobre porqué se desarrollaban los trastornos y enfermedades mentales. El arte, a través de las 'monomanías', fue el único que intentó darles un rostro.
El pintor romántico Théodore Géricault, junto con el doctor Étienne Georget, especialmente centrado en la investigación de los trastornos mentales, se unieron en una curiosa simbiosis para realizar una serie de retratos conocidos como las 'monomanías'. Con ellas, Géricault pretendía representar todos aquellos problemas que se calificaban de "locura", a pedido del doctor, a través de las miradas de pacientes que lo padecían, y de esta forma, demostrar que estas podían notarse en el rostro.
Las últimas 'monomanías' descubiertas
Sin duda, se trataba de un trabajo revolucionario, que también contó con un punto de partida histórico que empezaría a cambiar la forma de entender la "locura", pues Georget empezaba a indagar sobre la posibilidad de que ésta viniese de problemas cerebrales, algo novedoso en aquella época. De esta forma, el doctor eligió a unos cuantos pacientes para ser retratados en estas monomanías, y con ellos plasmar trastornos.
Desde aquella época hasta ahora, mucho se ha avanzado afortunadamente en el tratamiento y el diagnósticos de las enfermedades y trastornos mentales. Sin embargo, el neurocientífico Javier S. Burgos, sintió curiosidad por las monomanías y decidió estudiarlas a fondo para saber cuánto de verdad se podía llegar a esconder tras la hipótesis que llevaron a su creación. Este estudio dio comienzo en 2017, señalando que este trabajo artístico había conseguido abrir nuevas puertas de estudio.
Sin embargo, esta investigación llegó mucho más allá, cuando Burgos encontró 3 monomanías perdidas. Con una pequeña pista hallada durante sus estudios, llegó hasta estos tres cuadros. En dos de ellos se representan la "religiosidad", el "alcoholismo", mientras que en el tercero, conocido como "Vendeeano", se busca una representación de la enfermedad mental genérica. Estos cuadros quedaron separados y se consideraron perdidos durante más de un siglo.
Un trabajo de más de 6 años
El trabajo de este neurocientífico se podría parecer casi más al de una película de detectives. En 2023 dio con el tercero de los cuadros que se creían desaparecidos y comentó en una entrevista para elDiario.es, que él conocía el último cuadro hallado, "pero no lo había asociado con las monomanías”. “Desde el principio me pareció que este cuadro se parecía mucho a la serie”, recuerda. “Me cuadraba la composición, el fondo neutro, el tamaño”. Esto lo llevó a seguir investigando, hasta dar con las pruebas suficientes para validar su hallazgo y traernos al presente estas obras únicas.
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