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Las sociedades evolucionan, se diferencian, mutan, se regeneran, se rejuvenecen y envejecen. Un proceso complejo y a la vez entendido de manera sencilla, pero que no por ello le hace ser menos sorprendente. La cultura es posiblemente la mejor manera de entender los profundos cambios que se producen en las sociedades, sobre todo la música como el lenguaje universal de estas.
Hace décadas, hablar de la música under o underground era poco menos que un señalamiento de herejía. Aunque el término inglés, fácilmente traducido como “subterráneo”, hace referencia a la contracultura, la popularidad de muchos géneros musicales, intérpretes influyentes y hasta modas y formas de comunicación propias de las esferas underground, les ha convertido en prácticamente una cultura moderna oficial, en contraposición a lo que ahora es lo underground, minoritario y poco frecuentado dentro de las culturas.
La popularidad de la música underground
El acceso a la tecnología y la edad, cada vez más baja, a la que los individuos tienen acceso a esta, han potenciado la aparición de una cultura mayoritaria que prefiere los géneros musicales directamente asociados a los movimientos underground.
Y es que, si bien la cultura underground y sus términos tienen que ver con grupos minoritarios, y de hecho se hace referencia al término en analogía a los grupos subversivos que se escondían en las rutas clandestinas de ferrocarriles, hoy géneros musicales salidos de zonas marginales, por intérpretes que son ejemplos de crecimiento desde los lugares más desfavorecidos, son muy populares aunque por sus orígenes e influencias estén considerados dentro de lo underground.
Lo cierto del caso es que la popularidad es tal que ha servido para posicionarse como la norma, y no la excepción, como si lo hubiera sido décadas atrás, donde el jazz era la norma y el rock, la excepción y lo underground. Hoy, lo clásico como el violín se deja atrás -incluso, en las listas de géneros musicales más escuchados, la música clásica y la ópera están en últimos lugares-, mientras que géneros como el reggaeton, el rap, el rock, el trap o el drill, cada vez se posicionan en lugares de preferencia, algo que a la vez es un entendimiento efectivo de los movimientos sociales y los cambios profundos que dentro de los grandes grupos se producen.
La tecnología marcando la pauta
Entender estos cambios drásticos implica reconocer el papel que la tecnología ha tenido dentro de estos. Hasta hace dos décadas, el papel de las empresas discográficas y productoras era indispensable para la creación de la música y sus culturas resultantes. La actualidad está demarcada por las posibilidades que un artista, en solitario e incluso sin ayuda de terceros, pueda sacar su propia música, subirla a plataformas de streaming, e incluso ser su propio manager y organizar conciertos, eventos a través de redes sociales, lo que se tradujo en la posibilidad de que los géneros underground, populares, pero no masivos por la falta de apoyo de las casas disqueras, hoy sí puedan ser más accesibles y prolíficos.
El uso de la tecnología, incluso, para crear música desde cero -no son pocas las creaciones dentro de los géneros más populares que pueden prescindir totalmente de músicos para su desarrollo íntegro-, también ha tenido mucho que ver en este sentido, aparte de la posibilidad de que las redes sociales permitan una masificación sin precedentes de estas culturas, que quepa recordar, por su origen underground tienen la propiedad de ser populares en las zonas más castigadas y pobres de la sociedad, porque sus temáticas, sus historias y hasta sus ritmos son un fiel reflejo de lo que diariamente se vive en dichos grupos poblacionales, desde el contenido explícito hasta los desenlaces de cada una de las piezas creadas, algo que a las sociedades -hoy más abiertas, independientes, empoderadas y contraculturales- cae especialmente bien, porque independientemente de la crudeza hace referencia a realidades que a grandes rasgos viven los oyentes de estos géneros. Suele decirse que la música y las culturas siempre son un espejo de lo que las sociedades son en cada etapa de la historia.
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