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Uno de los síntomas más comunes que nos muestra el organismo para avisarnos de que nuestra piel se ha quemado tras la exposición solar, es cuando se comienza a pelar.
Algo tan común resulta ser una mala noticia, pues la Academia Española de Dermatología y Venereología alerta de que con cada una de estas quemaduras, se aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel en el futuro. Además de un envejecimiento de la piel.
Pero en caso de que el daño ya esté hecho, hay remedios y recomendaciones procedentes del Ministerio de Sanidad para protegerse del sol y seguir adelante. Remedios para curar las secuelas, tanto estéticas como de salud, y que sean menores.
Estas son las razones por las que nuestra piel se pela
La manía que tenemos de ganar un bronceado cueste lo que cueste cada verano, no es nada sana para nuestra piel. Este mecanismo pone en marcha nuestra dermis ante la agresión externa que suponen los rayos ultravioleta.
La melatonina es la que se encarga de oscurecer y proteger la piel mientras que nos bronceamos. Pero cuando la capacidad de la piel para producir la melatonina es menor que el grado de exposición, llegan los daños y las quemaduras de primer o segundo grado.
A todo esto se suma el factor de que la capacidad de protección de cada tipo de piel cambia. Y es que una personas con un color muy claro, siempre se va a quemar antes, y además más rápido si se expone sin protección.
Lo que resulta de la abrasión es la aparición de una quemadura que aparecerá unas horas después, con enrojecimiento, dolor, picor, escozor, inflamación. Al cabo de unos días, esa piel quemada se desprenderá, dando lugar a una epidermis nueva.
Atento a las señales del cuerpo para acudir al médico
Aunque la mayoría de las quemaduras solares se curan por sí solas, sin muchas complicaciones, hay que estar alerta, porque en algunos casos si que precisaremos de atención médica
- Si aparecen ampollas o alguna erupción en la piel.
- Si padecemos de fiebre, náuseas o escalofríos.
- Si hay signos de infección en cualquier momento del proceso.
- Si se toma alguna medicación fotosensible.
Así hay que cuidarse tras quemarse y pelarse
Una vez que nos hemos quemado la piel, es casi imposible que no nos pelemos. Pero se deben seguir unas recomendaciones antes y durante el periodo de renovación, así se paliaran los daños un poco.
Esto es lo que recomiendan las autoridades sanitarias, como la Consejería de Sanidad de Castilla La Mancha y la Academia Española de Dermatología y Venereología:
- Dejar de exponerse al sol cuando se noten los primeros síntomas de quemaduras. Se debe procurar estar a la sombra, llevar ropa ligera para protegernos y unas crema protectora del factor 50.
- Aplicar agua fría, pero no helada ni hielo, para enfriar y desinflamar la piel enrojecida. Además, se pueden aplicar antiinflamatorios orales o tópicos, y evitar siempre aquellos que contengan benzocaína.
- Aplicar cremas "Aftersun", pues están fabricadas especialmente para contrarrestar los efectos negativos del sol. Se pueden aplicar varias veces al día si es necesario.
- Hay que beber agua abundantemente, para mantener la hidratación desde dentro.
- No es seguro que evite la descamación, pero se puede aplicar en la piel un Corticoide tópico.
- Nunca apliques cosas como leche, pepino, hielo o pasta de dientes.
En caso de que nuestra piel ha comenzado a pelarse, debemos seguir estos consejos para ayudar a que el proceso sea menos traumático para tu piel y menos anti estético:
- Llevar ropa ligera y holgada.
- No rascarse, porque podemos provocar cicatrices y otros daños de duración permanente en la piel.
- Nunca se debe tirar de la piel que se esta desprendiendo, pues se pueden provocar graves infecciones. Hay que esperar a que se vaya desprendiendo sola. Como mucho, se puede retirar cuidadosamente la la que esta ya desprendida, pero sin estirar.
- Ducharse sin emplear la fuerza y secarse con mucha delicadeza.
- Aplicar crema hidratante varias veces al día hasta que la piel se haya descamado completamente.
- Es probable que durante un tiempo la piel puede tener un aspecto más arrugado y envejecido y que será mucho más sensible al sol.
Después del verano también hay que seguir cuidando la piel, para repararla de los estragos del calor, y prepararla para el invierno
El sol es perjudicial en cualquier época del año. Es por ello que el cuidado de nuestra piel hay que seguir manteniéndolo activo durante todos los meses, y más ahora con la agresividad más fuerte de los rayos solares.
Es por ello que la Academia Española de Dermatología y Venereología aconseja que nos apliquemos protectores solares a diario, y más si vivimos en zonas de montaña, ya que cada 300 metros, aumenta un 4% las radiaciones ultravioletas.
- Debemos autoexplorar el estado de nuestra piel, y acudir al médico en caso de notar algún daño cutáneo.
- Hidratar la piel dos veces al día con cremas humectantes, en especial las zonas que han sido más expuestas, utilizando cremas específicas para cada tipo de piel.
- Utilizar cosméticos con antioxidantes como la vitamina C y E para las zonas que hayan sufrido alguna agresión.
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