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Daniel Albero es un piloto con diabetes tipo 1 que ya participó en enero de 2019 en la Rally Dakar, donde consiguió alcanzar en territorio peruano la cuarta etapa antes de retirarse por problemas mecánicos. Este año participa en el Dakar de 2020, que se celebra hasta el 17 de enero en Arabia Saudí.
El valenciano se ha ido preparando a nivel “físico y de pilotaje” a la espera “de poder afrontar” la cita “con mayores garantías” que en su primera participación, según informa en un comunicado la empresa farmacéutica con sede en Dinamarca 'Novo Nordisk', que se ha convertido en el patrocinador principal del piloto.
La diabetes no es un obstáculo
La compañía ve a Albero como una persona “con una tremenda determinación”. “Sirve como ejemplo para mostrar que la diabetes, bien controlada, no es un obstáculo no sólo para hacer una vida normal, sino para afrontar retos de diversa consideración y luchar por aquello que se anhela. Y es por ello que los valores que representa y con los que nos sentimos identificados, nos han llevado a tomar esta decisión”, recoge la empresa.
'Novo Nordisk' cuenta también con experiencia en el deporte de alta competición, puesto que desde hace varios años prestan apoyo a un equipo profesional de ciclismo compuesto de manera íntegra por deportistas diabéticos.
Su objetivo
El objetivo de este valenciano de 45 años era convertirse en el primer diabético que participara en moto y ya lo consiguió en 2019. Para ello trabajó duro en busca de los apoyos necesarios que le permitirán correr por primera vez en la carrera más dura del mundo.
Daniel Albero es un ejemplo en el deporte, porque, entre otras cosas, lleva 35 años luchando contra la diabetes, una enfermedad "engorrosa", como él mismo define de forma contundente.
Ejemplo de superación
En su caso, la contrajo a los 10 años como secuela de una meningitis aguda que sufrió cuando tenía sólo 8. Desde entonces ha tenido que lidiar con ella, algo que no ha sido un impedimento para subirse a una moto y disfrutar de su entusiasmo por el mundo de las dos ruedas.
Ya con 17 años hizo sus primeras apariciones en carreras de motocross, hasta que a los 21 decidió probar suerte en el enduro, una disciplina que le atrapó y empezó a despertar su sueño de estar en el Dakar, aun siendo consciente de las dificultades para llegar a disputarlo.
"Comenzar en el enduro también me hizo seguir más el Dakar. A partir de ese momento empezó a forjarse ese sueño de correr, pero en aquella época era inviable que un diabético pudiese disputar esa carrera», señala Daniel.
Sin embargo, eran varios los argumentos que le empujaban a mirar tímidamente la idea de correr el Dakar, "tenía un amigo que es Rafa Císcar, que tiene nueve participaciones en el Dakar; entrenábamos juntos y al seguir junto a él su sueño, también me picó un poco el gusanillo".
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