La contaminación por plásticos incrementó abruptamente durante estos últimos años

Se ha hablado por activa y por pasiva, hemos visto tortugas atrapadas, aves con las panzas llevas de microplásticos, incluso han llegado hasta nuestra sangre. Tales han sido las advertencias de esta contaminación que incluso se han llegado a tomar medidas a nivel internacional para frenarlo, pero nada parece ser suficiente para frenar el incremento de la presencia de plásticos en los océanos de nuestro planeta.

Así lo ha mostrado un último restudio realizado por el equipo del The 5 Gyres Institute, en Estatos Unidos, y del Centro de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo, en Suecia. Este equipo de investigación ha estado recopilando datos globales sobre la contaminación por plásticos y microplásticos en las aguas de los océanos desde 1979 hasta el pasado 2019, un total de 40 años, para su estudio publicado recientemente en la revista 'Plos One', y sus resultados han sido alarmantes.

Aumento sin precedentes de la presencia de plásticos en los océanos

Sí, parece ser que la medida de vender las bolsas en los comercios para fomentar su reutilización, los cientos de mecanismos de reciclado implementados en las ciudades y la cada vez más sensibilizada sociedad, no son medidas suficientes para frenar la contaminación de plásticos y microplásticos en los océanos. De hecho, estos últimos años se muestran como los peores en cuanto a contaminación por estos materiales.

Así lo señala el estudio de este grupo de investigadores, que muestra que ha habido un incremento amplio y sin precedentes de plásticos y fragmentos de los mismos en las aguas del mar desde 2005. Un punto de inflexión notorio según los datos, ya que las fechas previas de 1990 y 2005, años en los que ya se contaban con cifras sólidas, las fluctuaciones de la contaminación por estos materiales eran más o menos regulares, e incluso algunos mostraban descensos.

Sin embargo, a partir de 2005 la cosa cambia abruptamente. El equipo de investigación aun continua trabajando para determinar las causas concisas de este incremento tan repentido, pero puede estar estrechamente relacionado con el desarrollo económico de países como China y otras zonas del globo que repuntaron en la primera década de los 2000. Al fin y al cabo, la contaminación por plásticos está indudablemente ligado al consumo y la producción industrial.

Un chicle dura 5 minutos en tu boca y 5 años en el mar

El principal problema de la contaminación por plásticos es la variabilidad y el tiempo en que tardan en degradarse por completo, si es que no acaban antes en los estómagos de animales o en la nieve que cae. Según cálculos ofrecidos por Greenpeace, este material tiene un espectro de duración de entre 4 meses a 600 años.

Por ejemplo, un chicle puede durar esos 5 años, mientras las botellas puede quedarse entre 100 y 500 años, o un sedal de pesca puede cercenar las patitas de muchos animales durante 600 años, en incluso acabar en nuestro plato de comida convertido en microplástico, que es la forma final en la que los plásticos acaban retornando al lugar de partida.