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Unos investigadores del grupo TecnAtox de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona han determinado en un estudio que el consumo medio anual de microplásticos es de 8.100, de media anual. Además, insisten en que su presencia aumenta en los moluscos.
Un análisis específico de más de 2.300 moluscos
La presencia de plásticos es una realidad muy común en nuestros mares y océanos, pero también en nuestros alimentos. Así lo ha demostrado un estudio del grupo TecnAtox de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, quienes han comprobado la presencia de estos plásticos en los moluscos. Además, confirman que una persona adulta puede consumir de media anual alrededor de 8.100 microplásticos.
Para poder llegar a esta conclusión, los investigadores han estudiado la morfología y composición de los microplásticos en algunas especies de moluscos en la zona de la costa catalana, llegando a analizar más de 2.300 moluscos individuales. Durante el proceso pudieron obtener una cantidad que superaba el millar.
En cuanto a los moluscos estudiados destacan: mejillones, ostras, navajas, caracol marino, berberechos y coquina; los dos primeros son los que mayor concentración de microplásticos tienen, con niveles de 23 y 19 por individuo. El resto se mueve entre cifras de 0,5, 5, 10 y 10.
Qué microplásticos son los más comunes
Además de obtener unos resultados específicos sobre cada tipo de molusco, los investigadores determinaron cuáles eran los microplásticos más comunes que detectaron: las fibras de poliéster y de celulosa sintética procedente de la ropa, con un tamaño de menos de un milímetro y fragmentos de polietileno, uno de los plásticos más consumidos y producidos en el mundo.
Gracias a todos estos datos, los investigadores llegaron a la conclusión final: el consumo medio anual de estos plásticos tan característicos por parte de la población general adulta asciende a 8.1000, con un consumo de más de diecinueve mil anuales.
Efectos perjudiciales en nuestra salud
Ante la gran ingesta de moluscos por parte de la población, los datos del estudio la señalan como una “vía importante” de “exposición” a microplásticos por parte de la población, sobre todo los catalanes.
Aun así, los expertos señalan que aún queda mucho por estudias, sobre todo en relación a los posibles efectos que puedan tener los plásticos en nuestra salud. Sin embargo, muchos estudios ya han demostrado que su consumo puede relacionarse con enfermedades de carácter inflamatorio en el aparato digestivo.
Además, este tipo de plástico contiene un alto nivel de sustancias químicas y metales como aditivos y contaminantes ambientales que son “potencialmente tóxicos y que pueden migrar del plástico una vez ingeridos”.
Y sí, nuestros océanos están cada vez más invadidos por los plásticos y la suciedad que provocamos nosotros, los seres humanos. Sin embargo, no somos conscientes del daño que puede causar el simple hecho de tirar una botella de plástico al agua. La fauna y el ecosistema marino está cada vez más dañado, pero nuestra salud también, por lo que necesitamos poner una solución inmediata y proteger esta gran arma de doble filo.
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