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El 15 de mayo se celebra San Isidro en Madrid. Además del tradicional bocadillo de calamares, hay otras muchas comidas muy típicas de la capital que puedes degustar en esta fiesta.
¿Hay alguna celebración popular en el país que no tenga una vinculación directa con la gastronomía?
Estos son los platos que debes probar en San Isidro
La lista de platos tradicionales ligados a esta fiesta madrileña es interminable, con clásicos como las rosquillas listas y tontas, posiblemente el dulce más conocido de estas fiestas.
Cocido, casquería, rabo de toro… platos tradicionales que durante estos días se convierte en protagonistas de muchas mesas.
Bocadillo de calamares
Su rápida y sencilla preparación no impide que sea uno de los bocadillos más famosos del país. Como su propio nombre indica, este plato consiste en rebozar en harina aros de calamar y colocarlos entre dos trozos de pan, a veces untados con mayonesa o alioli.
Así que, por qué no degustar esta especialidad culinaria en su lugar de origen: los alrededores de la Plaza Mayor.
Gallinejas y entresijos
Este plato típico de San Isidro solo es apto para los estómagos más resistentes. Cocinado con las entrañas del cordero fritas en su sebo acompañadas por un entresijo, su fuerte sabor lo convierte en un plato único.
A mediados del siglo XIX la gente acudía al antiguo Matadero Municipal situado en Plaza Legazpi a buscar los restos de lo que no se vendía y entre los que se encontraban las tripas de cordero.
Las gallinejas y entresijos se comen siempre fritos y durante las verbenas como la de San Isidro, momento en el que se preparan en gigantescas cazuelas de acero y se venden en cucuruchos, en forma de bocadillos o raciones.
Callos a la madrileña
Aunque acostumbra a comerse en invierno por ser un plato que se sirve caliente y, por su alto contenido calórico, no podíamos obviar uno de los mejores guisos madrileños.
Habitualmente, los callos son tripas de vaca guisados, aunque hay también callos de buey, cordero o cerdo.
Rosquillas de San Isidro
Con la festividad de mayo también llegan los dulces. Una de las estrellas de la festividad son las rosquillas de San Isidro. Existen cuatro tipos, las listas, las tontas, las francesas y las de Santa Clara.
Cubiertas de azúcar, zumo de limón y yema, son las predilectas. Le siguen las tontas, que no llevan añadidos, las de Santa Clara, recubiertas con merengue seco y por último, las francesas, salpicadas con virutas de almendra.
Churros madrileños
Otro de los dulces madrileños por excelencia son los churros. y los madrileños han conseguido reivindicarse como únicos.
Diferenciarlos de sus otras versiones es sencillo: son finos, tienen forma de lazo, están cubiertos de azúcar y acostumbran a ir acompañados de una buena taza de chocolate espeso.
Un buen lugar para comerlos es la Chocolatería San Ginés, un emblema de la ciudad que sirve churros desde 1894.
Barquillos
Si hay alguna fecha señalada para los pocos comerciantes de barquillos que quedan, es la del día de San Isidro, aprovechando para vender los famosos dulces.
Se trata de un tipo de finas galletas crujientes que comúnmente se toman con un buen chato de vino dulce, una bebida que lleva el nombre del recipiente en el que se sirve: un vaso bajo y sin pie.
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