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Amnistía Internacional ha alertado sobre el uso indebido de armas de descarga eléctrica, como pistolas paralizantes y porras eléctricas, en un informe reciente. Según la organización, estos dispositivos se utilizan para torturar y maltratar a personas en diversos entornos, como calles, fronteras, comisarías y prisiones.
El informe documenta casos en los que las armas de descarga eléctrica han sido usadas contra manifestantes, estudiantes, opositores políticos, mujeres embarazadas, niños y defensores de derechos humanos, causando graves daños físicos y psicológicos. Además, denuncia el uso excesivo de armas de proyectiles paralizantes, que en muchos casos han provocado lesiones graves e incluso muertes.
Amnistía Internacional exige la prohibición de las armas de descarga eléctrica por contacto directo y la regulación estricta del comercio de proyectiles paralizantes. La organización insiste en la necesidad de un tratado global para controlar la producción y venta de este tipo de material y evitar su uso abusivo.
Grupos en situación de vulnerabilidad contra los cuales se emplean armas de descarga eléctrica
Los relatos recopilados por Amnistía Internacional son estremecedores, ya que durante el levantamiento “Mujer, Vida, Libertad” de 2022 en Irán, el batallón Basij de la Guardia Revolucionaria Islámica sometió a varios niños a tratos crueles, obligándolos a mantenerse de pie con las piernas separadas junto a adultos detenidos, mientras recibían descargas eléctricas en los genitales mediante pistolas paralizantes.
En otro incidente, varios niños en edad escolar fueron secuestrados por haber escrito en una pared la consigna de protesta “Mujer, Vida, Libertad”. Uno de ellos relató a Amnistía Internacional: “Me golpearon en la cara con la culata de una pistola, me aplicaron descargas eléctricas en la espalda y me azotaron con una porra en las plantas de los pies y en las manos […]”.
Las armas de descarga eléctrica han sido utilizadas con frecuencia como dispositivos de descarga eléctrica en modo de “aturdimiento por conducción”.
Persona detenida de origen subsahariano
Una persona de África subsahariana, detenida en Lituania, recordó una redada el 2 de marzo de 2022 en el centro de detención de Medininkai: “Estaba en el suelo y aun así me dispararon tres veces con una pistola Taser mientras me golpeaban con porras”. Otra persona contó que la policía la amenazó, le puso una Taser en la frente y le dijo: “¡Cállate o te disparo!”.
El uso de estas armas puede causar heridas graves e incluso la muerte, advierte Patrick Wilcken. Entre los riesgos están cortes, daños en órganos, quemaduras, convulsiones y arritmias.
Un informe de Amnistía Internacional revela que las armas de proyectiles paralizantes suelen usarse de manera discriminatoria contra grupos racializados. En abril de 2024, en Atlanta, EE. UU., se grabó a la policía usando una Taser contra la pierna de un manifestante negro que ya estaba inmovilizado y esposado.
Wilcken enfatiza que estas armas solo deberían usarse en casos de amenaza real para la vida o riesgo de lesiones graves, cuando no haya otra opción menos extrema.
Urge prohibir y regular el comercio de armas
Entre 2018 y 2023, al menos 197 empresas de distintas regiones fabricaron o promocionaron dispositivos de descarga eléctrica para uso policial, principalmente en China, India y Estados Unidos.
La empresa estadounidense Axon Enterprise, Inc. afirma que sus modelos TASER son utilizados por más de 18.000 agencias de seguridad en más de 80 países.
Patrick Wilcken advierte sobre la necesidad de un tratado que las armas de descarga eléctrica más abusivos y controle el comercio de armas de proyectiles paralizantes. También insta a las empresas a garantizar que sus productos no se usen para tortura o malos tratos, dejando de fabricar dispositivos de contacto directo y eliminando el modo de "aturdimiento por conducción".
Amnistía Internacional, junto con más de 80 organizaciones, impulsa la creación de un Tratado sobre el comercio sin tortura para regular globalmente estas armas de descarga eléctrica y equipos de seguridad.
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