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A los 22 años, tal como apunta La Vanguardia, durante su último año de estudios de Ingeniería Industrial, Guillermo Martínez emprendió un viaje que marcaría un antes y un después en su vida. Inicialmente, este viaje tenía como propósito realizar labores de voluntariado en un orfanato en Kenia, pero lo que experimentó allí transformó no solo su destino sino también el de muchas otras personas.
En ese momento, Guillermo estaba inmerso en el aprendizaje de la tecnología de impresión 3D, que estaba en pleno auge, y se preguntaba cómo podría aplicar esta tecnología para crear prótesis de brazos. Durante su estancia en Kenia, donó cinco brazos impresos en 3D a cinco individuos en el Valle del Rift.
El impacto de su experiencia en Kenia fue el punto de partida para la creación de la ONG española Ayúdame3D, una organización sin ánimo de lucro especializada en el desarrollo de prótesis de manos y brazos conocidas como Trésdesis, las cuales incorporan movilidad prensil y son producidas mediante tecnología de impresión 3D.
Lo destacable de estas prótesis de brazos es que no requieren componentes electrónicos para operar; en su lugar, emplean un sistema de engranajes e hilos, junto con materiales resistentes que exigen un mantenimiento mínimo.
Hasta el momento, Ayúdame3D ha entregado de forma gratuita sus Trésdesis a más de 500 personas en todo el mundo, y continúa trabajando con la firme convicción de que los avances tecnológicos deben emplearse para el beneficio de la sociedad.
El cambio de vida a través de las Trésdesis de Ayúdame3D
La visión de Guillermo Martínez y su equipo va más allá de la tecnología; buscan abordar un problema global de accesibilidad a prótesis. Como él mismo explica, "en el mundo hay 83 millones de personas que no pueden permitirse una prótesis, y nuestro objetivo es hacer que estos dispositivos sean más accesibles".
Este compromiso se ilustra con historias conmovedoras, como la de Philip, un profesor de primaria en Kenia, quien finalmente puede realizar gestos tan simples como sostener un libro y una tiza al mismo tiempo mientras enseña. Philip describe esta ayuda como "maravillosa" y como un "gesto de humanidad" que le ha permitido cumplir sueños que habían estado fuera de su alcance durante sus 44 años de vida, ya que nunca había tenido la oportunidad de usar ambas manos.
La accesibilidad de las Trésdesis no se limita al aspecto económico, ya que estas prótesis son notoriamente livianas, con un peso de aproximadamente 500 gramos, lo que las hace adecuadas tanto para niños como para ancianos. Un ejemplo palpable de esto es el caso de Consolación, una madrileña de 86 años, quien gracias a las dos prótesis de brazos de Ayúdame3D ha recuperado su autonomía. Ahora puede realizar tareas cotidianas como comer sola, disfrutar de un café o peinarse sin el dolor y los hematomas que le causaban las costosas prótesis de 4 o 5 kilos que utilizaba anteriormente.
La tecnología y la economía circular en la creación de prótesis
El proceso de fabricación de las Trésdesis es un ejemplo de personalización y eficiencia. Parte de modelos 3D estándar que se adaptan a las necesidades individuales de cada receptor, lo que convierte la producción en una especie de "artesanía digital". Cada prótesis se imprime en piezas separadas, con aproximadamente 30 o 40 componentes por Trésdesis, y luego se ensamblan manualmente, ajustando cuidadosamente los hilos que permiten el movimiento.
En cuanto a los materiales utilizados en estas prótesis, van desde el PLA (un plástico derivado de recursos vegetales como el almidón de maíz) y el TPU (un material respetuoso con el medio ambiente) hasta el ABS, un plástico duradero que se emplea en la fabricación de una amplia gama de productos, desde juguetes hasta enchufes. El ABS se ha revelado como una elección particularmente adecuada, ya que proporciona una mayor resistencia y durabilidad a las prótesis de brazos, lo que las hace aptas para su uso en regiones con condiciones sociales o climáticas adversas.
Economía Circular y Alianzas Globales
Ayúdame3D ha establecido alianzas estratégicas que impulsan aún más su misión. En colaboración con Repsol, Elix Polymers y el Centro Tecnológico Leitat, han reciclado aproximadamente 4.000 piezas de ABS recuperadas de carcasas de monitores de ordenador. Estos componentes reciclados se han transformado en filamento plástico válido para la impresión 3D, con el cual la organización planea producir 5 brazos protésicos para ser entregados a lo largo del año a quienes los necesiten. Este enfoque en la economía circular refleja las oportunidades que ofrece el reciclaje de plástico cuando se lleva a cabo de manera eficiente.
Además de la fabricación, Ayúdame3D ha tejido una red de alianzas sociales a nivel mundial para identificar a personas que necesitan prótesis, colocarlas y brindarles seguimiento y mantenimiento. También han establecido una plataforma para voluntarios tecnológicos, llamados "Helpers3D", que se dedican a colaborar con impresoras 3D y conocimientos especializados. En España, la ONG cuenta con alrededor de 120 "Helpers3D" que participan activamente en esta forma de "voluntariado tecnológico", convirtiendo sus pasatiempos y pasiones en una valiosa contribución a la causa. Además, Ayúdame3D está desarrollando una plataforma de voluntariado que permitirá a terapeutas ocupacionales entrenar a los receptores en el uso de sus prótesis, mejorando así su calidad de vida.
La organización se enorgullece de su "primera granja social de impresión 3D en el mundo", que opera con 25 impresoras y tiene su sede en un centro de innovación en Madrid, con una oficina adicional en Kenia para producción local. Con planes de expansión a México e India en el horizonte, Ayúdame3D sigue avanzando en su misión de proporcionar a las personas no solo prótesis funcionales sino también una mayor dignidad, un logro que impulsa su continuo trabajo e innovación en este campo.
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