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El doctor José Antonio Valdazo Hernández, investigador del grupo Biodiversidad y Conservación del Instituto de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), ha encabezado un estudio científico destinado a iluminar el impacto del cambio climático en los hábitats marinos.
Según los hallazgos de su investigación, la isla de Gran Canaria ha experimentado una reducción significativa, de aproximadamente el 99 % en las últimas décadas, en la extensión de una especie de macroalga conocida como ‘Gongolaria abies-marina’. Esta alga está clasificada como vulnerable y ha sido incluida en los catálogos canario y nacional de especies protegidas. La ‘Gongolaria abies-marina’ se desarrolla predominantemente en la región macaronésica, con una presencia notable en Canarias.
El impacto del cambio climático en la regresión de bosques de macroalgas
La disminución alarmante observada en Gran Canaria se atribuye principalmente a una combinación de factores estresantes ambientales, tanto a nivel global como local, impulsados por la actividad humana y el cambio climático. José Valdazo, investigador postdoctoral dentro del proyecto RESTORESEAS, destaca que "las olas de calor marino han ido en aumento simultáneamente a la desaparición de extensas áreas submareales de los bosques de ‘Gongolaria abies-marina’".
Bajo el título "Factores estresantes locales y globales como principales impulsores de la drástica regresión de los bosques de macroalgas pardas en una isla oceánica", el artículo está firmado por José Valdazo, en calidad de investigador principal, junto con Ricardo Haroun, Fernando Tuya y María Ascensión Viera-Rodríguez del instituto ECOAQUA; Josep Coca, técnico de GRAFCAN; y Óscar Bergasa, fundador y CEO de la consultora elittoral. Este estudio se centra en los cambios en la distribución y salud de los bosques marinos de macroalgas pardas en las aguas oceánicas que rodean Gran Canaria, y su relación con variables antropogénicas en el contexto del cambio climático.
La investigación adopta un enfoque multidisciplinario para analizar los bosques marinos formados por estas macroalgas pardas, cuyo papel es crucial en la estructura y función de los hábitats marinos costeros, proporcionando refugio y alimento a una amplia variedad de organismos marinos.
Además, el estudio profundiza en la termotolerancia de las fases embrionarias de esta especie y su capacidad para adaptarse a condiciones ambientales cambiantes. También se examina la presencia de la especie a pequeña escala y se analiza la variación histórica en el tamaño de su estructura.
Aumento de temperaturas y actividad humana
Se llevó a cabo un análisis de series temporales de datos climáticos y modelos estadísticos avanzados. Se recolectaron muestras de macroalgas a lo largo de la costa de Gran Canaria, centrándose en sustratos rocosos para estudiar la distribución espacial y temporal de los bosques de ‘Gongolaria abies-marina’.
El equipo liderado por Valdazo realizó experimentos de termotolerancia en laboratorio para evaluar la respuesta de las fases embrionarias de la macroalga a diferentes regímenes térmicos.
Los resultados revelaron un vínculo alarmante entre el aumento de las olas de calor y la regresión de los bosques de ‘Gongolaria abies-marina’ en Gran Canaria. Se observó una significativa disminución en la distribución y cobertura de estas macroalgas en áreas submareales, especialmente en el sur y suroeste de la isla, donde la presión antrópica es más alta. En estas zonas, las macroalgas persisten en pequeñas grietas y oquedades rocosas, que les proporcionan refugio contra las temperaturas extremas y los herbívoros.
En cambio, en el norte de Gran Canaria, donde hay más oleaje y menos impacto humano, las poblaciones de macroalgas muestran una conservación relativamente mejor.
Las medidas de protección
El estudio evidencia cómo el cambio climático, con fenómenos como las olas de calor marinas, ha transformado drásticamente los ecosistemas marinos, afectando negativamente la supervivencia y crecimiento de las macroalgas en su fase embrionaria, lo que pone en riesgo su persistencia en las costas canarias.
Además, la investigación destaca que la actividad humana ha sido crucial en este declive, con la destrucción del hábitat, contaminación y eutrofización exacerbando los efectos del cambio climático en los hábitats costeros, según señala el investigador.
Es crucial implementar urgentemente medidas de protección y gestión sostenible para conservar los ecosistemas marinos de Gran Canaria. Esto incluye acciones coordinadas a nivel local y global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los impactos del cambio climático en los océanos.
El equipo de investigación liderado por el doctor Valdazo Hernández continuará monitoreando la evolución de los bosques marinos de ‘Gongolaria abies-marina’ y evaluando su respuesta a los cambios ambientales. Además, tienen planes para realizar estudios adicionales que profundicen en los mecanismos de termotolerancia y exploren estrategias de restauración para recuperar los ecosistemas marinos degradados.
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