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En la actualidad podemos contar con una serie de servicios dedicados en exclusiva para nuestros mayores. Sin embargo, desde la pandemia se han observado cambios denigrantes hacia estas personas, por lo que se ha tomado una decisión concreta: iniciar la transformación de las residencias de mayores.
Así lo ha informado el Ministerio de Derechos Sociales, quien ha contado con el voto de diez comunidades a favor y nueve en contra, suficiente para dar luz verde al proyecto.
Un nuevo modelo para mejorar las condiciones de los mayores
La pandemia ha sido, sin duda, uno de los momentos más frágiles para nuestra sociedad, pero sobre todo para los más mayores, quienes lo han sufrido en primera persona. Por eso, contar con lugares específicos para su cuidado es de vital importancia. Sin embargo, el servicio ha ido decayendo, llegando incluso a afectar en la salud de quienes menos lo merecían.
Ante esta serie de desigualdades, el Ministerio de Derechos Sociales ha podido dar luz verde al proyecto que tanto deseaba: una transformación de las residencias de mayores, dejando atrás a las macrorresidencias y la mala calidad de este servicio.
Tras la reunión, el Ministerio de Derechos ha obtenido un total de diez votos a favor y nueve en contra, lo que le da paso a iniciar uno de los proyectos más esperados en nuestro país. De hecho, Ione Belarra lo define como “uno de los acuerdos más importantes de la legislatura”.
A pesar de la negatividad de muchas comunidades para modificar el formato de las residencias de mayores, este cambio no es nada nuevo, ya que muchos conocíamos le estado y las condiciones en las que se vivían en muchas residencias españolas.
Estos son los cambios que se producirán en las residencias de mayores
Unidades de 15 convivientes
Las residencias de ancianos se convertirán en algo muy parecido a un hogar. Por eso, la estructura se basará en grupos de convivientes estables con ese número máximo, los mismos cuidadores y educadores, conexión a internet y estancias personalizadas. Además, el modelo rebaja la ansiedad y la depresión, y por tanto, el uso de psicofármacos.
Las habitaciones serán individuales
Las nuevas residencias contarán con al menos el 65 % de sus habitaciones de carácter individual con baño adaptado y el resto, dobles. Esta exigencia no será obligatoria en residencias de menos de 35 plazas.
Un único cuidador para dos internos
El nuevo modelo incluye un calendario progresivo para el aumento de personal de atención directa a los internos. Por eso, las residencias de mayores pasarán de 0,27 cuidadores a 0,43.
El tope de las residencias será de 120 plazas
El tamaño de las residencias también se modificará a 120 plazas y a 50 en las destinadas a las personas con discapacidad.
Eliminación de todas las sujeciones
Durante un plazo de tres años, ningún centro de mayores podrá usar sujeciones físicas, mecánicas o farmacológicas. La excepción será en el caso de que sea una situación urgente.
Actividad social y comunitaria
Los nuevos centros contarán con espacios destinados a la actividad social y comunitaria. Además, contarán con planes de convivencia personalizados.
Un órgano de asesoramiento
La dirección de las residencias contará con un órgano de asesoramiento y con competencias para realizar propuestas de mejora.
Evaluaciones públicas y participación de las familias
El acuerdo obliga a los servicios de inspección de las autonomías a evaluar las residencias de mayores y el respectivo cumplimiento de las normas. Además, se da un mayor protagonismo a los familiares y allegados.
Personal muy formado
Todo el personal tendrá que tener una cualificación profesional acreditada, además de recibir planes de formación. Por supuesto, deben estar dados de alta en la Seguridad Social.
Mejora de los centros de día
Los centros de día de los mayores y de las personas con discapacidad deberán tener un aumento de personal antes del 31 de diciembre de 2023. La plantilla se definirá por tres profesionales cada diez usuarios.
Teleasistencia por inteligencia artificial
Una de las novedades de esta reforma en las residencias de mayores es la nueva teleasistencia, que otorgará importancia a la relación con el cliente y su situación emocional. El dispositivo conectado a la línea fija telefónica queda atrás, por lo que habrá sensores, detectores de caídas, control de datos… Todo destinado a obtener una mayor información y detectar cambios de comportamiento en los residentes.
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